Ciudad de México.- Los cárteles mexicanos no sólo parecen inmunes a la Covid-19, sino también a sus consecuencias económicas. Sus actividades traficando droga a través de la frontera con Estados Unidos se han incrementado en vez de disminuir y, por si fuera poco, están en un proceso de expansión.
El aislamiento social y el cierre de fronteras terrestres decretada bilateralmente en marzo pasado no ha afectado a los cárteles como el de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación o Los Zetas, incluso, han fomentado una mayor competencia entre ellos por los territorios clave, sostiene un informe del Congreso estadounidense.
“Ni las posibilidades de infectarse, ni las restricciones de movilidad impuestas por el gobierno durante la pandemia parecen haber disuadido significativamente la actividad de los cárteles. (…) Las condiciones actuales parecen haber fomentado una mayor competencia entre cárteles, favoreciendo las ambiciones territoriales de los grandes cárteles mexicanos”, sostiene el documento fechado en noviembre.
De acuerdo con la investigación, por la presión que significan las restricciones generadas por la pandemia de Covid-19, los cárteles más pequeños han ampliado o diversificado sus actividades criminales, “mientras que la fragmentación de algunos cárteles ha continuado”.
El departamento de Seguridad Nacional estadunidense considera a los cárteles mexicanos como una “amenaza clave” para su país debido a la capacidad que tienen “para controlar el territorio y las rutas de tráfico a lo largo de la frontera y para cooptar funcionarios en varios niveles de gobierno”.
ONU ya había advertido riesgos de expansión de actividades ilícitas
Un informe de las Naciones Unidas de principios de año sostiene que, las medidas tomadas para combatir a la covid-19 “pueden crear un entorno propicio para las actividades ilegales y los grupos narcotraficantes pueden intentar aprovechar la oportunidad para incrementar sus actividades y expandir su influencia en los mercados de drogas, como se ha sugerido, por ejemplo, en el caso de los talibanes en Afganistán y grupos del crimen organizado en México”.
Un reporte de la organización International Crisis Group, publicado a mediados de noviembre, destaca que la pandemia de covid-19 tuvo un impacto inmediato en el crimen organizado en México y algunos países centroamericanos, ya que los bloqueos por la pandemia desaceleraron el movimiento de personas y drogas pero los grupos criminales se adaptaron rápidamente a la nueva normalidad, usándola para reforzar o expandir su control sobre las personas y el territorio.
“El Cartel de Jalisco Nueva Generación, ha mostrado sus dientes durante la pandemia en luchas por el control de mercados ilícitos como el narcotráfico y el gravamen (cobro de piso) de los productos legales. También ha mostrado su poder paramilitar en los medios de comunicación”, sostiene la organización.
A la fecha, el suministro de drogas ilícitas hacia Estados Unidos ha persistido, “a pesar de las interrupciones tempranas de la cadena de suministro”, sostiene el congreso de Estados Unidos en el informe sobre las operaciones de cárteles mexicanos en medio de la pandemia.
Incremento de decomisos en la frontera da la razón al congreso
Cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) confirman la hipótesis planteada en el documento, al mostrar el incremento de cantidades incautadas en la frontera durante los meses que ha durado la pandemia.
Los decomisos de cocaína en la frontera pasaron de 5.2 toneladas en el año fiscal 2019 a 6.9 toneladas en el año fiscal 2020, es decir, de octubre a octubre. El aumento de 32.6% en las cantidades de cocaína incautadas en la frontera se dio a pesar de que desde marzo las aduanas están cerradas para viajes no esenciales.
El fentanilo, principal enemigo de la actual estrategia contra las drogas de Estados Unidos por su peligrosidad -se ha demostrado que una cantidad equivalente a un gramo de sal puede provocar la muerte-,tuvo un incremento del 257 por ciento en incautaciones en la frontera, luego de pasar de 102.5 kilogramos en 2019 a 366.9 kilogramos en 2020.
Por su parte, la metanfetamina durante la pandemia también incrementó las veces de su incautación por autoridades fronterizas luego de que narcotraficantes mexicanos intentaron contrabandearla para traficarla en Estados Unidos.
De acuerdo con cifras oficiales de la CBP pasó de 6.5 toneladas incautadas en 2019 a 9.4 toneladas incautadas en 2020 cuando ya se habían impuesto restricciones sanitarias en ambos lados de la frontera. Es decir, aumentó un 44.6%.
Tanto la mariguana como la heroína fueron las únicas drogas que disminuyeron las veces que fueron incautadas por la Patrulla Fronteriza entre 2019 y 2020. La mariguana interceptada disminuyó apenas un 3.5% y la heroína un sustancial 32.4%.