El consumo de café se remonta a siglos atrás. Aunque no se puede precisar una fecha exacta, se sabe que el café se ha consumido durante un largo período de tiempo.
El café es originario de Etiopía, donde se cree que se descubrió por primera vez en forma de frutos rojos de cafeto. La leyenda cuenta que un pastor llamado Kaldi observó que sus cabras se volvían más enérgicas después de comer los frutos de un arbusto, que resultó ser el cafeto.
La evidencia histórica sugiere que el café se comenzó a cultivar en la región de Arabia, específicamente en Yemen, en el siglo XV. Los árabes fueron los primeros en cultivar y procesar el café, y también se les atribuye la propagación de su consumo.
Durante siglos, el café se convirtió en una parte importante de la cultura árabe y se extendió a otras regiones del mundo a través de rutas comerciales y viajes.
El café es una de las bebidas más consumidas a nivel mundial, con innumerables amantes de su sabor y aroma. Sin embargo, ¿alguna vez te has preguntado cómo afecta a tu cuerpo cuando lo bebes a diario? A continuación, analizaremos cómo el café influye en diferentes órganos y sistemas del cuerpo, brindando tanto beneficios como precauciones.
Corazón:
Una taza de café puede aumentar la frecuencia cardíaca y la presión arterial debido a la cafeína, pero para personas sanas, esto generalmente no causa efectos negativos. Sin embargo, las personas con insuficiencia cardíaca deben evitarlo, ya que puede poner su corazón bajo mayor presión.
Intestino:
El café, al contener cafeína, estimula las contracciones intestinales y puede causar urgencia en ir al baño. Aunque puede parecer un alivio para el estreñimiento, en realidad, la cafeína puede llevar a la deshidratación y empeorar la condición a largo plazo. Además, la cafeína puede interferir en la absorción de hierro.
Huesos:
El consumo excesivo de café puede aumentar el riesgo de osteoporosis, ya que la cafeína puede afectar la absorción de calcio en el intestino y acelerar su excreción. Por lo tanto, se recomienda limitar el consumo y, si es posible, agregar leche para minimizar estos efectos negativos.
Dientes:
El café, aunque puede manchar los dientes superficialmente, es menos dañino que el té, que contiene teína, un agente más potente. El blanqueo dental puede eliminar la mayoría de las manchas causadas por el café. Si el esmalte dental está dañado, se puede requerir ayuda profesional.
Riñones:
El café actúa como un diurético y puede aumentar la excreción de líquidos. Si tienes una función renal normal, esto no suele ser un problema, pero el consumo a largo plazo puede empeorar la enfermedad renal en algunas personas. Además, la cafeína es un irritante de la vejiga.
Con información de El Imparcial.
