Los actos que se habrían cometido durante el fin de semana en Kaolack (centro) fueron vistos por muchos como un atentado contra el respeto a los muertos
Una agitada multitud se arremolina alrededor de lo que se presenta como el cadáver de un homosexual exhumado para ser quemado. Incluso en un país donde la homosexualidad no está bien vista como Senegal, las imágenes causaron conmoción.
En este país muy religioso y con más del 90% de población musulmana, la homosexualidad se considera a menudo una «desviación«. La ley castiga con uno a cinco años de cárcel los actos llamados «contra natura con un individuo del mismo sexo».
Los actos que se habrían cometido durante el fin de semana en Kaolack (centro) fueron vistos por muchos como un atentado contra el respeto a los muertos.
Cuatro personas sospechosas de «ser los autores intelectuales» fueron detenidas el lunes en Kaolack, indicó a la AFP un responsable local de la policía bajo anonimato.
La AFP no encontró rastros de precedentes recientes de incineraciones públicas.
«Justicia popular»
La radio RFM, muy escuchada, habló el lunes de una «conmoción» en el país.
La sección local de Amnistía Internacional, la oenegé Reencuentro Africano para la Defensa de Derechos Humanos y la Liga Senegalesa de Derechos Humanos «condenaron firmemente este acto que atenta contra la dignidad del difunto y su familia».
Amnistía y otras organizaciones critican la situación de los homosexuales en Senegal, forzados a esconderse o exiliarse. Además, denuncian un deterioro de su situación en los últimos años.
La homosexualidad está poco aceptada en el país, con manifestaciones regulares para pedir una ley más dura, y se considera que va en contra de la cultura nacional. Algunos la ven como un instrumento de Occidente para imponer sus valores.
Según varios medios, después de la muerte del difunto la semana pasada, sus familiares intentaron enterrarlo en la ciudad santa de Touba, a unos dos kilómetros por carretera.
Pero hasta allí había llegado la información de su presunta homosexualidad y las autoridades rechazaron el permiso para inhumarlo.
La familia intentó entonces que descansara cerca de su casa, pero el vecindario se opuso y finalmente le dieron sepultura en Léona Niassène, donde ocurrieron los hechos.
Varios líderes religiosos denunciaron lo ocurrido en Kaolack.
Serigne Cheikh Tidiane Khalifa Niasse, el mayor responsable de una rama local de la influyente hermandad religiosa de los Tidianes, expresó su «profunda indignación y (su) condena categórica del acto reprensible que fue cometido contra un individuo de quien no tenemos ninguna responsabilidad sobre su vida privada».
«Este acto no puede en ningún caso justificarse o tolerarse», dijo en un comunicado.
Un responsable del colectivo «And Samm Jikko Yi» (Juntos por la salvaguardia de valores), que lucha por criminalizar la homosexualidad y endurecer las penas, también juzgó «lamentable esta justicia popular».
Pero imputó la culpa al Estado, que daría a los senegaleses la «sensación» de sobreproteger a los homosexuales.
El colectivo presentó en diciembre de 2021 una propuesta de ley que castigaría la homosexualidad con entre cinco y 10 años de cárcel.
El texto fue rechazado por la oficina de la Asamblea Nacional que estimó que la legislación existente es bastante severa.