Nancy Elizabeth Ramón Hernández mantuvo una lucha incansable hasta encontrar a su hijo desaparecido desde el 2013; él estaba en la fosa común
Fabiola Sánchez
LA PRENSA
Después de haber permanecido sepultado 10 años en la fosa común, hoy Juan Manuel Montoya Ramón tiene un espacio digno donde descansan sus restos en el Panteón Sagrado Corazón de Jesús y a donde su madre le llevó flores.
Fue el pasado mes de julio que los restos de Juan Montoya fueron entregados a la familia para dar cristiana sepultura, esto luego de haber vivido una larga angustia por su desaparición desde el año 2013.
Nancy Elizabeth Ramon Hernández, madre del joven expreso sentir por primer año en Día de Muertos un gran descanso en su corazón, pero un gran dolor en su alma por la muerte de su hijo, a quien buscó por 10 años.
Cabe recordar que, Juan Manuel desapareció junto a dos de sus amigos y los tres estuvieron ausentes todo este tiempo, causando a sus seres queridos angustia y desesperación, hasta que finalmente fueron localizados sin vida entre los restos de los sepultados en la fosa común.
“Es el primer año que mi hijo me recibe, porque siempre estuvo ahí en la fosa común, pero yo no sabía, entonces hoy pude llevarle flores, una veladora y estar en su tumba un rato”.
Manifestó que, vivió años de incertidumbre sin saber dónde estaba, si vivía o a donde habían arrojado sus restos, pero gracias a los trabajos de los Colectivos de Búsqueda y lo que han hecho las autoridades lograron identificar sus restos.
Señaló que, a temprana hora del jueves acudió a depositar un arreglo florar a la tumba donde fueron sepultados dignamente los restos de su hijo, lugar donde ella también sepulto su angustia y el dolor que vivió durante su búsqueda. “Ahora que paso por la fosa común, siento un escalofrío, mi corazón se acelera y me llena de tristeza, solo recordar que 10 años ahí estuvo mi hijo y yo no lo imagine, los que están ahí no tienen quien los visite y quienes tienen un familiar desaparecido, quisieran al menos tener un lugar donde llorarles”.