El ferrocarril hizo parada obligatoria en patios de Ferromex, antes de continuar su camino hacia la frontera
Luis Ángel Estrada
La Prensa
FRONTERA, COAHUILA. – Un grupo de alrededor de 500 migrantes arribó ayer por la mañana a los patios de la empresa Ferromex, donde el ferrocarril hizo parada obligatoria antes de continuar su camino a la ciudad de Piedras Negras, donde los sudamericanos desean llegar en lo que es el último paso para cruzar el Río Bravo con el objetivo de conseguir asilo en suelo estadounidense, debido a las precarias condiciones en las que viven en sus respectivos países de origen.
El contingente venía en el tren que salió de Torreón, Coahuila, viajando parte de la tarde del viernes y la madrugada del sábado, soportando en esta ocasión las bajas temperaturas que actualmente imperan en la región.
En su mayoría venezolanos como ha sido el común denominador de las caravanas migrantes, donde la situación económica en dicho país no es la apropiada para sobrevivir, argumentando que viven bajo un régimen autoritario por parte del mandatario Nicolás Maduro.
Los sudamericanos comentaron que salieron de sus respectivos países hace tres meses, dejando en sus lugares de origen a su familia, recuerdos y llanto que esperan convertirlo esto último en alegrías y sonrisa si logran cruzar el Río Bravo y consolidarse en alguna ciudad de los Estados Unidos.
Reconocen que no ha sido fácil todo lo que han pasado en más de noventa días, y es que cruzar la peligrosa selva del Darién, es vencer una gran prueba, debido a las condiciones tan adversas que se presentan en mencionado sitio. Se trata de un territorio que conecta a Panamá con Colombia y a América Central con Sudamérica. Es también una de las zonas más peligrosas de la región y, por lo tanto, también de las más difíciles para transitar.
Otro de los problemas que presentan ya estando en suelo azteca es con las autoridades del Instituto Nacional de Migración, explicando los migrantes que reciben un trato inhumano, incluso les llegan a quitar el poco dinero que les queda, llegando a los estados norteños prácticamente sin un solo peso.
“Nosotros no tenemos queja alguna por parte de los cuerpos policiacos, ni una sola; pero sí con los agentes de Migración que se han portado muy mal desde que pisamos este país (México), nos han dejado sin plata, además del trato inhumano que recibimos de la gente de Migración”, exclamaba el grupo de venezolanos.
A orillas de las vías férreas los dueños de las casas les ofrecen a los extranjeros las conexiones eléctricas para recargar su celular, esperan que tenga aunque sea el 1% de batería para realizar esa llamada, mandar el mensaje o checar sus redes sociales donde avisan a su familia que siguen en pie de lucha, continuando en lo que es prácticamente el último tramo para poder llegar al vecino país de los Estados Unidos con la esperanza de resolver su estatus migratorio y puedan empezar una nueva y mejor vida en la tierra de la bandera de las barras y las estrellas.