La migrante de República Dominicana manifestó que tiene tres hijas viviendo en Colombia, por lo que desea trasladarse a ese país
Oscar Ballesteros
La Prensa
En la búsqueda de visa humanitaria para trasladarse a Colombia o incluso lograr cruzar hacia los Estados Unidos es que se encuentra la migrante dominicana que ingresó al hospital Amparo Pape de Benavides tras resultar con ambas piernas amputadas por el tren en que se transportaba; tras 7 días de estancia hospitalaria, su condición médica es muy estable, pero ya piensa en lo siguiente a su alta.
La cicatrización y canulación postcirugía ha avanzado de manera positiva en ambas piernas y únicamente registró una fisura en su brazo izquierdo por lo que se tuvo que poner yeso, sin embargo, estos procesos han evolucionado al punto de pensar en el alta por mejoría de la paciente dominicana durante los próximos 15 días; todo esto tras sufrir su percance el pasado 28 de noviembre.
Ángel Cruz García, director del nosocomio comentó que, además de la nacionalidad dominicana, también tiene la venezolana por lo cual personas de una comunidad religiosa han acudido a visitarla durante su estancia, además de mantener la comunicación casi permanente con sus 3 hijas que radican en Colombia y un hermano que se localiza en Estados Unidos.
“Está en comunicación constante vía telefónica con sus familiares, 3 hijas que tiene en Colombia y un hermano en los Estados Unidos (…) me mencionó a 2 mujeres que vienen de una asociación religiosa, posiblemente venga una hija de ella de Colombia, están tramitando una visa humanitaria para que vengan y su hermano quiere una visa humanitaria para cruzar a Estados Unidos” señaló el director.
A la par del tratamiento clínico, se le ha dado terapia psicológica para superar la situación postraumática con el personal de esa área del hospital, la cual está mostrando también una evolución significativa, precisando la superación del síndrome del ‘miembro fantasma’ para que su cerebro se adapte a la ausencia de sus extremidades, pues hasta el momento aún tiene la sensación de tenerlas.
“Se está viendo el proceso psicológico, existe un síndrome del ‘miembro fantasma’, y ella lo sufre, su cerebro aún le envía señales como si aún tuviera sus piernas -doctor, a veces me dan ganas de rascarme o de mover los dedos- las terminaciones se amputaron, pero el cerebro sigue recibiendo ordenes de estos miembros, es parte de su terapia para adaptarse a que ya no las tiene” finalizó.