Viven en Ejido Navidad, cercano a la Capital de Coahuila, pero conocen la ciudad, otros piden juguetes
Especial
La Prensa
Ni el viento helado en el Ejido Navidad detiene la diversión de la pequeña Airam, de 8 años, quien se imagina que aquel matadero del jefe de su padre es un salón de belleza en el que ella maquilla y realiza elaborados peinados.
«A veces me voy a un ‘cochinero’ que está allá afuera y me pinto. Cuando mi papá llega a la casa le digo: ‘No ando pintada'», cuenta risueña.
Detrás de toda esa alegría e inocencia que la pequeña irradia, existe un anhelo en su corazón desde que era una bebé: tenía casi 2 años cuando sufrió con el mofle de una motocicleta una quemadura de segundo grado en la muñeca y mano derecha y, desde entonces, tiene la movilidad limitada en cuatro dedos.
La unidad y la amistad de los niños, que son vecinos, se refleja también en los sueños compartidos por los tres: quieren ir a conciertos de Santa Fe Klan y Peso Pluma, y visitar Monterrey y Saltillo, pues nunca han salido de Galeana.
Su madre Teresa Casas enseña un documento del Hospital General de Galeana en el que se observa que Airam necesita una cirugía plástica.
«Yo le hacía curaciones, pero como ella estaba chiquita cerraba su mano. Se le quedaron pegados los dedos», menciona la ama de casa de 26 años de edad.
Airam tiene un hermanito muy alegre, Yohan, de 6 años, de quien es inseparable. Ambos piden de regalo a Santa Clos una patineta eléctrica. Ella quiere una de color rosa, y él azul.
Los hermanitos y su primita juegan con el recién llegado perrito Chase, de tres meses. Luego saltan en un colchón usado que se encuentra afuera de la casa de dos habitaciones.
Ferni dice que lo que quiere esta Navidad son pasteles —sin importar el sabor— y regalos, como una bicicleta y muñecas Barbie.