Por Luis Ángel Estrada
Dice una canción ¿dónde jugarán los niños?… y es el caso de los pequeños que habitan en la colonia Colinas de Santiago, quienes ven como una forma de diversión el subirse a alguna parte del transporte público cuando la unidad va en movimiento o cuando se detiene el ferrocarril en las vías y aprovechan para andar en los vagones.
Con esto ponen en riesgo su propia vida, sin medir las consecuencias, es algo que lo hacen comúnmente.
“Yo ya no quise seguir estudiando, ahorita estuviera en la Secundaria”, comenta uno de los infantes de 12 años, quien es acompañado junto a otros cinco niños más con edades de once años o menos y andan por las calles del populoso sector arriesgando su vida, todo por pasar “momentos agradables”.
Al cuestionarle a otro de los pequeños si estudia, el mayor del grupo interrumpe y dice “sí estudia en la escuela de nosotros”, y cuando el reportero inquiere: “¿cuál es la escuela de ustedes?” la respuesta se escucha increíble con carcajadas incluidas “con la que le enseñamos”.
Traducido en que le han estado enseñando a colgarse del tren cuando este detiene su marcha en las vías de dicha colonia, en la que se van corriendo de lado hasta que logran agarrarse de la escalera del vagón y subirse; en ese instante se escuchaba el sonido que emite la máquina y otro de los pequeños dice “hoy, ahí viene el tren, vamos”.
Sacan ventaja de la cercanía que hay entre las vías y la colonia, por lo que no se les dificulta el ir al alcance del ferrocarril y aunque reconocen que reciben el regaño de sus padres, lo siguen haciendo a pesar de las consecuencias que se puedan originar.
Otra riesgosa actividad que realizan es ir corriendo detrás de las unidades de transporte público y colgarse de la defensa trasera, los acompaña una sonrisa, una sonrisa que puede convertirse en lágrimas si algún neumático de la pesada unidad llega a pasar por encima de su humanidad.
Van recorriendo las calles del sector y al momento de ver el camión que va avanzando, el niño que lo ve primero señala hacia la unidad y grita “miren, vamos perseguirlo y a subirnos”, haciendo caso el resto del grupo y con ello el riesgo aumenta cada vez más de poder sufrir lesiones o peor aún el perder la vida.
Aunque la mayoría estudia en el nivel primaria, comentan que tiene su trabajo como el limpiar vidrios, otro sacarle fierros al tren, haciendo un comentario acertado uno de los infantes “mejor andar limpiando a que me mochen un pie o a que te agarre la patrulla y ya no te suelte”.
Se les hizo la pregunta acerca de hacia dónde se dirigían y respondieron de que andaban dando la vuelta, sin tener un destino hacia donde llegar, solamente estando al pendiente del trayecto de los camiones o del sonido del ferrocarril para volver a “jugar”, sí a lo que ellos le llaman su pasatiempo, un pasatiempo que pude ser de considerables riesgos.