Eduardo Esteva, socio líder de la Industria de seguros, y Alexandro Arias, socio líder de la Industria de ciencias de la vida y cuidado de la salud en Deloitte Spanish Latin America, analizan el panorama de la digitalización en los sistemas de salud actualmente.
Cada día, se crean cerca de 2.5 quintillones de bytes a partir de la información de las personas. Eso hace que, actualmente, los datos sean considerados la nueva ‘moneda de cambio’ en todos los negocios e industrias. Pero ¿qué tanto de esas grandes cantidades de información realmente se aprovechan? Impulsar el buen uso de estos datos es, hoy, uno de los desafíos más importantes que tienen las empresas, en especial, las que participan en el sector salud de Latinoamérica.
Utilizar la Inteligencia Artificial para el análisis de estos datos ya es posible y, entre los beneficios del uso de dicha tecnología en los centros médicos y aseguradoras de Latinoamérica, destacan: la mejora de la calidad de vida de sus pacientes, la detección de fraudes y la identificación de oportunidades de negocio.
Sin embargo, un reto importante en cuanto al uso de nuevas herramientas tecnológicas, es que buena parte de las organizaciones en dichos sectores aún recaba y aglomera la información en formatos físicos, y no en sistemas digitales, lo cual interfiere con el desarrollo de soluciones para los negocios y para la prevención de riesgos.
El diagnóstico de Latinoamérica: sistemas de salud no digitalizados
Si hablamos de los centros de salud de nuestra región, el principal inconveniente de que sigan recopilando archivos e información en formatos físicos es la falta de flexibilidad en la administración de sus recursos, ya que, al ser prácticamente imposible el análisis de la información en físico, no pueden anticipar posibles escenarios, como las temporadas de ocupación extranormal (ya sea mucha o poca), ni les resulta factible hacer un análisis para optimizar los gastos.
En
el caso de las aseguradoras, una consecuencia importante del uso de formatos físicos es que muchas veces no se pueden detectar los fraudes. Esto ocasiona que el costo de las primas se incremente y, por tanto, que sean menos accesibles los seguros para las personas.
Tomando en cuenta estos efectos, en algunos países de Latinoamérica se ha avanzado más en el uso de bases de datos digitales y, para algunas de sus empresas, la interoperabilidad es ya una realidad (es decir, la capacidad que tienen sus sistemas de información, dispositivos y aplicaciones para acceder, intercambiar, integrar y utilizar sus datos de manera cooperativa y coordinada, a fin de mejorar la salud de los individuos).
En ese sentido, es importante seguir impulsando la masificación de las estrategias de información digital, porque la creación de bases de datos y el uso de Inteligencia Artificial pueden prevenir escenarios adversos para las aseguradoras y empresas de salud, pero, además, pueden contribuir a elevar su nivel de atención médica y de eficiencia de sus recursos.
Inteligencia Artificial: transformando la salud en la región
La Inteligencia Artificial juega un papel imprescindible para el sector salud en Latinoamérica, ya que, con ella, se analizan los datos de cada paciente para generar información mucho más profunda y valiosa.
Algunas organizaciones de dicho sector, con una visión transformadora, han entendido la importancia de ello y han buscado establecer, mediante formatos digitales, bases de datos individuales, poblacionales, institucionales y ambientales de sus pacientes, con el único propósito de impactar positivamente la atención médica de las personas y de las comunidades.
Asimismo, la implementación de la Inteligencia Artificial ha dado paso a la aplicación de otra clase de tecnologías, como blockchain, que se especializa en proteger tanto la transferencia como el acceso a la información de las instituciones de salud; o Life Behavior, la cual analiza el comportamiento de la gente, a fin de descubrir qué factores influyen ante el surgimiento de determinadas enfermedades.
Esta última tecnología es algo muy útil, ya que está permitiendo reconocer, por ejemplo, en qué condiciones las personas se contagian de COVID-19, qué patrones comparten y cuáles son los efectos secundarios de las variantes de esta enfermedad, entre otras cosas.
Como consecuencia de lo anterior, se pueden identificar tres principales beneficios para los seguros y para los centros médicos de América Latina:
- Verificación digital: las empresas pueden garantizar que están cobrando sus productos y servicios a la persona correcta, y en las condiciones que ésta ha establecido, con lo cual se previene el riesgo de fraude.
- Mejora en la atención del paciente: el aprendizaje obtenido de los portafolios de pacientes está facilitando la toma de decisiones, mejorando los diagnósticos y cambiando el enfoque de salud hacia la prevención, ya que es posible identificar qué acciones podrían evitar el desarrollo de síntomas graves o el brote de enfermedades.
- Elevar la efectividad y la eficiencia de los recursos: por medio de la analítica de datos, las organizaciones pueden identificar oportunidades para ser costo-efectivas y eficientes en cada fase del tratamiento de las personas.
El siguiente paso, tras la implementación de estas y otras tecnologías, será seguir incorporando nueva información, proporcionada por otras bases de datos –como las de los relojes inteligentes o los anillos de sueño, por ejemplo.
En Latinoamérica, debido a que aún existen áreas de oportunidad en el aprovechamiento de la información de los pacientes, nuestros sistemas de salud han permanecido operando bajo un enfoque reactivo de salud, el cual dificulta la prevención de riesgos (como el fraude en la aplicación de seguros médicos), la flexibilidad en la administración de recursos de los centros sanitarios, y la anticipación sobre el desarrollo de enfermedades y síntomas severos en las personas.
Uno de los retos más grandes que tenemos en la región es la creación de bases digitales de datos. Esto representa el primer paso para la implementación de la Inteligencia Artificial, ya que, sin ellas, no existe información susceptible de ser analizada e interoperada, con el fin de lograr modelos integrales de salud.
Sin embargo, una vez que se cuente con dichas bases y se apliquen correctamente las herramientas tecnológicas en ellas, nuestros ecosistemas de salud podrían adoptar un punto de vista activo y girar por completo alrededor del cuidado de la salud de las personas. Por lo tanto, se mejorará la atención de las mismas, a lo largo de cada fase de su tratamiento, y permitirá que los pacientes, desde sus dispositivos inteligentes, agenden consultas con facilidad, en los lugares y horarios de su preferencia.
Asimismo, estas tecnologías pueden ayudar a ofrecer a los pacientes contenido elaborado por científicos, doctores, especialistas y centros de salud de prestigio, a través de plataformas digitales accesibles y eficientes.