Este domingo, Parras de la Fuente, cumplió 426 años de su fundación, población que en 1598 fue llamada La Misión de Santa María de las Parras y ciudad que en el 2004 se convirtió en el Primer Pueblo Mágico de Coahuila y del norte de México.
Parras de la Fuente, es una ciudad llena de historia, tradición y cultura; en este municipio se cuenta con la vitivinícola más antigua de todo el continente americano, es un Pueblo Mágico que conserva intactas sus tradiciones, es una ciudad con identidad propia y cuna del enoturismo, o turismo del vino en el país.
Por fortuna, Parras de la Fuente, cuenta con una Fiel Guardiana de la Memoria
en la persona de la historiadora Elvia Guadalupe Morales García, quien amablemente compartió para LA PRENSA un poco de los interesantes orígenes de esta ciudad.
Por: Elvia Guadalupe Morales García
LA PRENSA PARRAS
Cuando se cumplen 426 años de la fundación de Parras, nos ponemos a recordar y ubicarnos en el tiempo y en el espacio a finales de 1500. ¿Cómo se imaginan que era Parras en aquellos tiempos? Aquí no había huertas, ni sembradíos. No había casas, calles, ni edificios. Había parras silvestres, algunos árboles y manantiales.
Entre las investigaciones que se tienen, se sabe que, en la época prehispánica, el Valle de Parras estaba habitado por indígenas de la gran tribu chichimeca que se dividían en naciones o familias. Se congregaban aproximadamente en 150 o más naciones. Algunos de estos grupos tribales fueron: ahomama, alaraque, bohavines, boboyanes, basmananes, babosarigamis, bajanero, coinamas, caviceras, cabezas, epicuamaras, hymama, hipimama, irritilas, maiconeros, mamacorras, manos prietas, neguales, salineros, vasapales.
LOS PRIMEROS POBLADORES
Los primeros pobladores del valle de Parras eran seminómadas en búsqueda del agua y los alimentos; vivían en cuevas o debajo de los árboles. Más tarde construyeron algunas chozas muy sencillas, con hojas, ramas carrizos muy primitivas. Su alimentación constaba de frutos de la región como: tunas, vainas de mezquite, granjenos y calabazas; cazaban liebres, serpientes, ratas, tlacuaches, venados y algunas aves; y también pescaban en la laguna de Parras: matalotes y carpas. Además, cazaban patos.
Estos pobladores eran muy supersticiosos, asociaban a un remolino con el mal al que llamaban Cachinipa; otra costumbre era que, cuando alguien enfermaba, los parientes mataban a un niño recién nacido para lograr la salud del enfermo.
Tenían temor a la muerte, y si alguien agonizaba lo dejaban solo o lo tapaban con piedras porque ellos pensaban que si lo veían morir ellos morirían enseguida. Así vivieron hasta la llegada de los españoles, que cambiaron sus costumbres.
Los indígenas seminómadas se protegían en cuevas y arboledas. Usaban ramas o zacate para pernoctar. No podían quedarse mucho tiempo en un sitio, pues sus recursos alimentarios se agotaban. Por eso se dice que no hubo asentamientos propiamente dichos hasta mediados del siglo XVI.
Fray Pedro de Espinareda, estuvo haciendo exploraciones en 1566 o 1567. Describió por primera vez el paisaje. Pero no llegó a establecerse.
Martín López de Ibarra, en sus exploraciones llegó a conocer y señaló el lugar como Valle de los Pirineos, por la semejanza con aquel lugar de Europa.
Después hubo intentos de hacer poblamientos, pero no prosperaron. Uno de ellos fue a la orilla de la Laguna de Mayrán, al que llamaban Copala.
FRANCISCO DE URDIÑOLA Y LORENZO GARCÍA.
Luego se establecieron, en lo que hoy es Parras, 2 españoles: Francisco de Urdiñola y Lorenzo García.
Francisco de Urdiñola se instaló en la que llamó Estancia de Arriba, más tarde Hacienda del Rosario, y para el año de 1593 ya tenía casa, viñedos y bodega. La bodega de Urdiñola es actualmente La bodega del Marqués de Aguayo.
Hacia el norte de la Hacienda mencionada se estableció Lorenzo García, en lo que llamó Estancia de abajo, luego llamada Hacienda de San Lorenzo y ya en 1597 también tenía viñedos y bodega, hoy Casa Madero.
En 1578, se llevó a cabo el primer intento para establecer un asentamiento junto al Arroyo de Guadalupe, por Martín López de Ibarra. Pero no progresó. Hubo otro asentamiento al lado sureste en la hoy llamada Vidriera en 1580, pero no prosperó.
Juan Agustín de Espinosa llegó en 1594 y, junto con Jerónimo Ramírez, que ya dominaban el dialecto de los irritilas para acercarse a la gente, hicieron otro intento de fundación.
En 1598, nuevamente Juan Agustín de Espinosa, ahora acompañado de, el escribano Francisco Andrade, el capitán Antón Martín Zapata y el mayordomo Baltazar Rodríguez, llevaron a cabo la fundación de la Misión de Santa María de las Parras.
A las personas que formaron los asentamientos, el padre Arista con el capitán Antón Martín Zapata, se les dotó de un sitio para que hicieran sus casas, huertas y sementeras (lugares para siembra de hortalizas y otras plantas que no árboles).
Desde Tizatlán en Tlaxcala vinieron hacia el norte 400 familias de las cuales se fueron estableciendo en los poblados de lo que ahora es San Luis Potosí, Saltillo, en Bustamante en N.L., etc. Se supone que Francisco de Urdiñola los invitó a la Misión de Parras. Pocos llegaron acá, pero esos pocos aportaron mucho, como el trazo de las acequias.
Influyeron entre los naturales de la región, dando a conocer sus técnicas y sus métodos agrícolas, de construcción y de elaboración de productos.
El trabajo de Juan Agustín de Espinoza como evangelizador y colonizador duró cinco años, logrando la formación de lo que más adelante vendría a ser una importante región productiva (la Comarca lagunera). Falleció a los 34 años.
En la llamada Nueva España, durante la primera mitad del siglo XVI, sus límites eran al Sur con Centro América y al Norte con Zacatecas.
Los españoles aventureros exploraban tierras norteñas en busca de minas. Adentrándose más al Norte, encontraron a indígenas chichimecas que defendían sus territorios. El calor y la sequía los agobiaban hasta que encontraron este valle que les ofrecía clima benigno, agua y frutos. Ellos lo llamaron Valle de los Pirineos.
Por otro lado, los sacerdotes de la Compañía de Jesús exploraban las tierras y sus habitantes. Buscaron establecer misiones y colegios, abarcando así el mayor número de territorios habitados por indígenas para evangelizar.
LA FUNDACIÓN DE MISIÓN DE LAS PARRAS
Estando en la misión de la laguna el padre Jerónimo Ramírez en sus labores evangelizadoras, fue visitado por algunos caciques de la laguna, solicitándole su presencia en tres rancherías del Río Nazas que estaban afectadas por la peste. Al visitarlo le propusieron su deseo de congregarse y hacer un pueblo grande. Este anhelo se concretó al fundarse la misión de Parras. Se anota que la fundación de la misión de Parras fue el 18 de febrero de 1598.
Se sabe que en ese momento partió una procesión desde la Estancia de Arriba, hacia la cueva de Texcalco. Obviamente no había ni caminos, ni calles, sino solo un trazo de veredas. Realizaron una misa en dicha cueva, donde se reunió a un número considerable de naturales y así dar inicio al establecimiento de una población.
El trabajo de los padres era muy difícil, pues no se dominaba el lenguaje de los indígenas, pero se fueron apropiando de las formas de llegar a comunicarse por medio de cantos y ofreciéndoles protección, alimentos y cuidados. Además, los aborígenes eran sumamente desconfiados y recelosos. Era muy necesario aprender los dialectos de los naturales y enseñarles el idioma español, para lograr una comunicación más efectiva.
Poco a poco fueron procurando la siembra de los tres principales cultivos utilizados para los ritos sacramentales: la vid, para el vino, el trigo para el pan y los olivos para el aceite.
Establecieron una escuela (el colegio de San Ignacio) donde se les enseñaban las técnicas de cultivo, de construcción, de elaboración de productos alimenticios y de vestido. Aprendían el idioma. También se les enseñaba a ser aseados procurando la higiene como medida de prevención de enfermedades. Así que les enseñaban a barrer utilizando las hojas de las palmas como escobas y mantener los lugares de viviendas limpios. La rebeldía era una dificultad que también se enfrentaba.
La construcción del templo de San Ignacio favoreció la congregación de los pobladores.
El primer jefe político de aquí fue el capitán Antón Martín Zapata, se tomó el acuerdo para otorgar un manantial que estaba situado al sur de Parras para que los Padres regaran sus huertas y viñas. A ese manantial se le llama Agua de los Padres porque era reconocida como de ellos. Mucho tiempo después pusieron ahí la capilla “Santo Cristo”
¿POR QUÉ SE LLAMA PARRAS?
El nombre de Parras se le dio porque los españoles encontraron abundantes vides o parras silvestres parecidas a las de Castilla. En tanto, el nombre de Santa María se dice, obedece a que en un lugar llamado Cerro Gordo (hoy Hidalgo, Durango) había un templo dedicado a la Asunción de la virgen María, y los misioneros trasladaron su devoción a Parras llamándola Santa María de las Parras, siendo hasta hoy, la patrona la virgen de la Asunción.
En los primeros años del poblamiento de la región, se fueron estableciendo acuerdos y normas de convivencia. Una de ellas era la costumbre de herrar a los animales. En 1899 se hicieron acuerdos sobre el uso de agua. Se establecieron haciendas y comunidades cuyas propiedades eran extensiones muy grandes.
Parras perteneció a la jurisdicción de la Nueva Vizcaya hasta que, por Real Cédula del 21 de mayo de 1785, se agregó a la provincia de Coahuila, cuya capital era Monclova. La villa de Parras fue elevada a la categoría de ciudad el 11 de enero de 1868.
Entre 1940 y 1944 se llevó a cabo la delimitación de propiedades y se hizo el establecimiento de la extensión de los ejidos. Cada ejido tenía sus reglas internas para labor, agostadero y horas del uso del agua. Determinaban límites y sanciones.
Se llevó a cabo la escrituración del agua rodada, para determinar la cantidad de agua destinada a cada lugar o ejido.
Es una forma de recordar los inicios de Parras. Lo cual nos permite reflexionar en nuestras acciones y el cambio de las actitudes de los habitantes para rescatar los valores que nos traerá mejor convivencia con tranquilidad y seguridad.
A celebrar el aniversario dando a Nuestro pueblo lo mejor de nosotros.
¡Felicidades, Parras!
