El conductor sufrió un infarto a los 43 años
Ricardo Casares es dado de alta a una semana de haber ingresado al hospital por el infarto que padeció a sus 43 años. Sin embargo, el conductor de «Venga la alegría» no se reintegrará al programa inmediatamente, pues ahora será sometido a un tratamiento de rehabilitación, debido a que sus funciones cardiacas se encuentran debilitadas. Sin embargo, se comunicó con el matutino, hace unos minutos, para agradecer todo el apoyo que recibió de sus compañeros y la audiencia.
Hace una semana se dio a conocer que Casares, conductor de «La zona de espectáculos» de «VLA», había sido ingresado de emergencia al hospital para ser operado, luego de sufrir un infarto que le desgarró la piel del corazón, lo que generó un grave dolor en el pecho que lo alertó, a pocos minutos de que comenzara la emisión del matutino de aquel día.
«A mi se me rompió la piel del corazón y por eso el dolor era tan insoportable, pero hay gente que no le pasa eso y, de pronto, sienten dolor de pecho y lo ignoran creen que traen una agrurita», comentó.
La inmediatez con que Ricardo fue atendido fue una de las claves para que pudiera recuperarse, pues como él mismo reconoció esta mañana, vía telefónica, llegó a pensar que podía morir.
«Cuando yo salí de TV Azteca y vi el tráfico, pensé que me iba a morir, pensé que no íbamos a llegar», expresó mientras agradecía a Dani, un compañero de la producción que se encargó de trasladarlo al hospital.
«Nada más te agarré la mano y te dije: ´-Mi hermano, nada más grita y toca el claxon como loco´, y llegamos, viejo, llegamos», detalló.
El periodista no escatimó a la hora de agradecer a todas las personas que, gracias a su apoyo, hicieron posible que su llegada al hospital fuera inmediata.
Tabata Jalil fue quien se encargó de contactar al cardiólogo que lo esperaba en el hospital, Patricio Borghetti quien llamó a una ambulancia y lo asistió mientras se tambaleaba, la productora Maru Silva que prestó su vehículo para que fuera trasladado fuera de la televisora, entre otras.
Pero la gratitud de Ricardo no se detuvo ahí, sino que consideró que la molestia que lo previno sucedió en el tiempo y espacio correcto, pues de ese modo pudo ser asistido por las personas que lo rodeaban.
«Cuando la muerte te mira a la cara para decirle: ´-Hoy no´, necesitas muchos milagros, necesitas muchos amigos, necesitas muchas herramientas y tuve la enorme fortuna de tenerlas todas».
Aunque reconoció que, en un inició, se cuestionó por qué era a él quien le sucedía eso, si sólo tenía 43 años, y cuando era una persona sumamente equilibrada en su alimentación.
«Los primeros días preguntaba yo: ´-¿Por qué me pasó esto?, si no tomo, si no como carne, si no como grasas saturadas ni embutidos?, pero esa pregunta del por qué, la tienen que contestar próximamente mis médicos, yo tengo que responderme la pregunta ¿para qué me pasó?», destacó.
De ese modo, Casares aseguró que siente la responsabilidad de ser una mejor persona, tanto en su vida laboral como personal, así como se conmovió hasta las lágrimas al expresar la gran sorpresa que le ha causado ser testigo de la solidaridad y apoyo que ha recibido del público que, en los últimos días, le han enviando miles de mensajes solidarios.
«Me pongo a llorar porque, les juro, voy a contestar cada uno de los mensajes, me voy a tardar un montón pero, los miles y miles de mensajes de gente que no conozco, que me ha puesto cosas maravillosas; cada uno de ustedes me han ayudado a levantarme».
Esta tarde, Ricardo volverá a casa y, luego de unos días de completo reposo, comenzará con una rehabilitación cardíaca, pues sus doctores creen que podrá recobrar todas las facultades con las que funciona su corazón si lleva a cabo dicha terapia.