Estas observaciones complementan la gran cantidad de datos que proporcionan los satélites de la NASA
Durante el eclipse solar total de 2017, la NASA financió 11 estudios científicos para recopilar datos que solo están disponibles durante los eclipses.
Dado que el eclipse tuvo un paso notablemente largo sobre los estados contiguos de Estados Unidos, brindó una oportunidad única para que los científicos observaran el eclipse desde tierra durante un período de más de una hora.
Estas observaciones complementan la gran cantidad de datos que proporcionan los satélites de la NASA.
El eclipse de 2019 en América del Sur también fue observado por la misión Observación a escala global del limbo y el disco (GOLD, por sus siglas en español) de la NASA, la cual proporcionó las primeras mediciones de cómo los eclipses afectan la capa de la atmósfera de la Tierra llamada termosfera.
A veces los científicos también llevan a cabo estudios a largo plazo de los eclipses. En 2021, un equipo de científicos publicó los hallazgos obtenidos tras más de una década de observaciones de eclipses.
El equipo descubrió que la corona mantiene una temperatura bastante constante, a pesar de experimentar cambios que ocurren en una rotación de 11 años conocida como el ciclo solar.