Por Martín Espinosa
Diccionario del desarrollo
El tener aspiraciones a una vida mejor, comer mejor, educarse mejor, vestir mejor, no son simples consecuencias de pensar de tal o cual manera. Son, sencillamente, aspiraciones humanas que han llevado al mundo al desarrollo que hoy tenemos
Existe hoy día tal confusión ideológica que hay líderes que piensan que ciertas palabras deberían estar en un “diccionario neoliberal”, como si con ello la gente ya no aspirara a mejores horizontes en su vida como sociedad. Y son los mismos que piensan que la pobreza, la inseguridad o el subdesarrollo tienen ideología. Como si la izquierda, el centro o la derecha tuvieran en sus manos la solución mágica a los problemas que por siglos ha enfrentado el ser humano. Ya vimos que no ha sido así.
El tener aspiraciones a una vida mejor, comer mejor, educarse mejor, vestir mejor, no son simples consecuencias de pensar de tal o cual manera. Son, sencillamente, aspiraciones humanas que han llevado al mundo al desarrollo que hoy tenemos. Nada tiene que ver una cosa con otra. Ni es “malo” el que aspira a un desarrollo integral en su vida como persona ni tampoco es “bueno” por naturaleza aquel que no aspira a nada.
El deseo legítimo de superación del ser humano y de contribuir al desarrollo social no pasa por encima del derecho que tienen los demás a ser respetados en su integridad y mucho menos pasa por “usar” a los demás, abusando de sus derechos.
Un ejemplo de lo anterior es el desarrollo de la energía eólica en el mundo, la cual, en los últimos años, ha desarrollado una verdadera tecnología para aprovechar la energía que se desprende del movimiento de las masas de aire y que, con la fabricación de aerogeneradores conectados a grandes redes de distribución de energía eléctrica, puede dotar de iluminación a vastos asentamientos humanos.
El aprovechamiento de este invento, que renació en los años ochenta del pasado siglo XX, requiere de un modelo de desarrollo que beneficie a las comunidades en las que se encuentra y no se aproveche únicamente de las mismas.
Un caso exitoso en nuestro país, el cual tenemos a la vista, es lo que sucede en la Península de Yucatán. Recientemente, el gobernador del estado insignia de la región, Mauricio Vila, inauguró el Parque Eólico de Tizimen., en el que se invirtieron 150 millones de dólares (más de 3 mil millones de pesos), y en donde se anunció la futura inversión en la construcción de otro parque, espejo a éste, el cual será el Tizimín Fase 2, mediante el que se contribuirá a impulsar la economía de la región.
Este nuevo parque eólico, en el que se generaron 330 fuentes de trabajo durante su construcción y su operación, además de proteger el medio ambiente, también contribuirá a reducir los costos de la energía eléctrica en el estado, ya que produce 321 gigawatts por hora al año.
Desde que empezó a funcionar ha contribuido con la producción de más de 640 GW/h, lo que significa el abastecimiento de 115 mil hogares yucatecos. Con esta energía producida se han evitado emisiones por casi 70 mil toneladas de dióxido de carbono. La etapa de edificación duró 16 meses y actualmente se encuentra conectado a la red nacional de transmisión.
Vila Dosal señaló que, para combatir el cambio climático, cuyos efectos se han visto reflejados en los fenómenos meteorológicos y la época de lluvias más intensa desde que se tiene registro en Yucatán, es importante que las autoridades puedan promover proyectos de energías limpias, que a la vez generen crecimiento económico y contribuyan a bajar las tarifas de electricidad, puesto que ahí se tiene una de las más altas en todo el país. Hay que destacar que en el Estado se impulsan actualmente otros 24 proyectos de este tipo por lo bueno que resultan para un desarrollo amigable con el medio ambiente.
Muchos de estos proyectos, por la inversión requerida, necesitan hacerse en coordinación con la iniciativa privada, manteniendo el Estado la regulación en la generación de la energía “porque ése es el camino para salir adelante; porque cuando los tiempos se ponen más difíciles, lo que necesitamos es estar más unidos y coordinados”, sentenció Vila.