Según un estudio, hasta 17.3 millones de ciudadanos estadounidenses se consideran nómadas digitales, más del doble que en 2019
El fenómeno de los nómadas digitales, potenciado por el auge del trabajo a distancia tras la pandemia de COVID-19, está generando cambios significativos en el mercado inmobiliario y, en consecuencia, en la vida de las comunidades locales.
Según datos de Statista de 2023, hasta 17,3 millones de ciudadanos estadounidenses se consideran nómadas digitales, más del doble que en 2019. Este fenómeno ha tenido un impacto profundo en ciudades como Ciudad de México y Puerto Vallarta, donde el aumento de la demanda de viviendas por parte de estos trabajadores ha provocado un aumento de precios y desplazamiento de habitantes tradicionales.
Profesiones como la TI, las finanzas y las comunicaciones son más adecuadas para los arreglos de trabajo remoto. Mientras que los trabajos de venta al por menor y hospitalidad con un alto contacto cara a cara con el cliente tienen menos probabilidades de apoyar el estilo de vida nómada digital.
Gentrificación en Ciudad de México: Precios al alza y desplazamiento de residentes
En Ciudad de México, la creciente demanda de vivienda en colonias como Roma, Condesa y Polanco ha disparado los precios inmobiliarios, provocando la expulsión de residentes históricos de esos barrios. Juan Carlos Zentella, director de Local and Global Ideas, explicó a medios que este fenómeno de gentrificación está impulsado por la llegada de nómadas digitales, lo que lleva a propietarios a no renovar contratos con inquilinos originarios para alquilar a través de plataformas como Airbnb a precios mucho más altos.
Sin embargo, este fenómeno contribuye en la economía local. «Ellos consumen en negocios, cafés, tiendas y mercados, lo que representa una importante derrama económica«, declara Zentella. El experto destaca que el alquiler de viviendas o cuartos a través de Airbnb es un sustento importante para muchas familias, y que el fomento del turismo significa ingresos para diversos sectores.
De acuerdo con cifras de Airbnb, solo en el 2021, el gasto de los huéspedes, excluidos los ingresos de los anfitriones, ayudó a generar 4,5 mil millones de dólares en sueldos, salarios y otros ingresos laborales en una variedad de sectores en América Latina y el Caribe.
Puerto Vallarta: Viviendas para turistas y falta de regulación
Puerto Vallarta es otro foco de gentrificación, con un alto índice de viviendas destinadas al turismo y al alquiler temporal. La doctora Paola Cortés Almanzar, jefa del Departamento de Artes, Educación y Humanidades del Centro Universitario de la Costa (CUCosta), señaló que la presencia de nómadas digitales en la ciudad de Jalisco está generando desplazamiento y encarecimiento del mercado inmobiliario, con barrios como Emiliano Zapata donde hasta el 60% de las viviendas son de uso temporal.
Alfonso Baños Francia, urbanista y académico del CUCosta, destacó que el precio del terreno en la Zona Romántica ha alcanzado hasta 80 mil pesos por metro cuadrado, provocando una migración de los habitantes locales hacia las periferias. La institución académica también hace referencia al documental «Zapata. La tierra es de quien la compra», dirigido por Arturo Montero, el cual documenta el impacto de la gentrificación en la colonia Emiliano Zapata de Puerto Vallarta, donde los habitantes locales enfrentan presiones para vender sus propiedades a inversores y desarrolladores inmobiliarios.
Los vecinos están luchando por resistir al despojo, mientras que expertos como Baños Francia sugieren que el gobierno podría financiar la venta de un porcentaje de viviendas en pesos para hacerlas más accesibles a los habitantes locales. Los académicos y expertos coinciden en que la falta de regulación y control en el sector inmobiliario está contribuyendo al fenómeno de gentrificación y despojo.
La doctora Cortés Almanzar señaló la necesidad de diseñar estrategias para mitigar los impactos del desarrollo inmobiliario y regular el acceso de extranjeros a propiedades en las playas y otras zonas turísticas. La falta de regulación y el interés en la rentabilidad económica por encima de la rentabilidad social están contribuyendo a la gentrificación y al desplazamiento de los habitantes locales en Puerto Vallarta y Ciudad de México.