La Organización Mundial de la Salud ha dado a conocer cuáles son las bacterias más resistentes a los antibióticos y que representan amenaza para la salud humana; estas son las 15 mas peligrosas.
Esta se trata de una nueva actualización, que reemplaza la lista de 2017, pone de relieve la creciente urgencia de desarrollar nuevos tratamientos para combatir estas bacterias altamente peligrosas.
La lista clasifica las bacterias en tres categorías de prioridad: crítica, alta y media. En la categoría de mayor preocupación, la OMS destaca cuatro patógenos:
Acinetobacter baumannii: Esta bacteria resistente a múltiples fármacos es conocida por su capacidad para causar infecciones graves en pacientes hospitalizados, con tasas de mortalidad que pueden alcanzar hasta el 70%.
Mycobacterium tuberculosis: La tuberculosis, causada por esta bacteria, sigue siendo una de las principales causas de muerte infecciosa a nivel mundial, con aproximadamente 10 millones de casos nuevos y 1,5 millones de muertes cada año. La resistencia a los antibióticos de primera línea para la tuberculosis es un problema creciente, lo que dificulta aún más el tratamiento de esta enfermedad.
Enterobacterias resistentes a carbapenemas: Estas bacterias gramnegativas son responsables de una amplia gama de infecciones, incluidas infecciones del torrente sanguíneo, infecciones pulmonares y neumonía. Su resistencia a los carbapenemas, considerados antibióticos de último recurso, las convierte en una grave amenaza para la salud pública.
Enterobacterias resistentes a cefalosporinas de tercera generación: Al igual que las enterobacterias resistentes a carbapenemas, estas bacterias también son responsables de diversas infecciones y están desarrollando resistencia a antibióticos de amplio espectro, lo que limita las opciones de tratamiento.
“Estas bacterias suponen grandes amenazas globales debido a su gran impacto y a su capacidad para resistir los tratamientos y transmitir esta resistencia a otras bacterias”, advirtió la OMS en un comunicado.
Las bacterias de alta prioridad incluyen la salmonella y la shigella, que causan enfermedades diarreicas con alta incidencia en países de ingresos bajos y medios. Otras bacterias de esta categoría, como Pseudomonas aeruginosa y Staphylococcus aureus, son frecuentes en entornos de atención médica y pueden provocar infecciones graves, especialmente en pacientes con sistemas inmunitarios debilitados.
El informe de la OMS también destaca la amenaza que representan otras bacterias de la lista, las cuales generan desafíos importantes para los sistemas sanitarios debido a las infecciones persistentes y la multirresistencia a los antibióticos. Estas bacterias requieren investigación urgente y nuevas intervenciones de salud pública para controlar su propagación.
“Desde que la lista se publicó por primera vez en 2017, la amenaza de la resistencia a los antimicrobianos se ha intensificado, erosionando la eficacia de numerosos antibióticos y poniendo en riesgo muchos avances de la medicina moderna”, advirtió la Dra. Yukiko Nakatani, jefa del departamento de lucha contra la resistencia a los antimicrobianos de la OMS.
La resistencia a los antimicrobianos (AMR) se produce cuando bacterias, virus, hongos o parásitos dejan de responder a los fármacos diseñados para combatirlos. Este fenómeno, en parte causado por el uso excesivo e indebido de antibióticos, agrava las enfermedades, aumenta el riesgo de contagio y la mortalidad, y dificulta el tratamiento de diversas infecciones.
Un informe reciente de la OMS reveló que durante la pandemia de COVID-19, hubo un uso excesivo de antibióticos en pacientes hospitalizados con la enfermedad. Aunque solo el 8% de estos pacientes tenían infecciones bacterianas que requerían antibióticos, estos medicamentos se administraron al 75% de los pacientes hospitalizados con COVID-19.
