Por Gloria Jaramillo
El Padre Jorge Salvador Guzmán expresó que en un año tan complicado, no es coincidencia que la humanidad vaya a poder volcar su fe en el fenómeno astronómico del próximo 21 de diciembre conocido como el avistamiento de la “Estrella de Belén”.
“Sobre este acontecimiento astronómico que estaremos viviendo los próximos días, sin duda para quien tiene fe, partiendo del texto de la carta a los romanos, donde nos dice que todo lo que acontece, acontece para muestra de lo que Dios nos ama”.
“Sin duda es un hecho que los acontecimientos que estamos viviendo en este año tan complicado, el que podamos nuevamente ver este suceso astronómico, puede llenar de aliento, de esperanza a la humanidad, que como aquellos hombres que buscaban a Dios en la observación a los astros, para nosotros también es una invitación para mirar al cielo, para mirar hacia el Creador”, expresó.
Y partiendo también de estos acontecimientos, el poder descubrir nuestra finitud como personas, lo que nosotros somos delante de la creación, el instante que dura nuestra existencia, pero también el llamado que tenemos de Dios a la eternidad, a la trascendencia, dijo.
“Entonces considerémonos privilegiados el poder ser testigos de este acontecimiento, y yo invito a las personas que tienen fe a que también se pregunten, si hoy estoy teniendo esta oportunidad, qué querrá Dios al mostrarme nuevamente las maravillas de la creación que él ha dispuesto por amor a nosotros, y si esto que es una cosa extraordinaria pasando muchos siglos, hoy tenemos la oportunidad de vivirlo pues vayamos más allá de quien ha creado, quien puede también dar significado a estas manifestaciones de la creación2.
“Aquí es donde el acontecimiento natural y científicamente demostrable es también un acontecimiento que desde el punto de la vista de la fe se torna con una dimensión nueva, con una interpretación de esperanza y desde luego, una invitación de Dios para decirnos que ha creado y dispuesto los astros y de todo lo que existe., MANIFES
Así como esto es extraordinario, es extraordinario el amor que tiene, y ha hecho posible la Navidad, en el seno de una mujer María, junto con un padre, José.