Por Lilia de la Fuente
DEDICATORIA
A LOS PADRES AUSENTES.
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Pido a DIOS, escuche
Mi sentido canto.
Que en lira doliente,
Pulso con mi llanto.
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Honroso homenaje
Que este triste día…
Rezo con mis versos,
Dulce letanía.
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Yo; no estoy de fiesta.
Voy al Camposanto…
No siento alegría…
Solo mi quebranto.
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Ofrendar mi vida,
Poder yo quisiera…
Y con mis lágrimas,
Regar las praderas.
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Un milagro pido…
Mirarlo un instante,
Ver sus recias manos,
Mirar su semblante.
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En vez del túmulo,
Su cuerpo viviente,
Y PODER QUISIERA…
Besarle la frente.
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Imploro, suspiro,
Recuerdo la cruz.
Elevo mis manos
Al inmenso cielo.
Rogando a Jesús.
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Te ofrendo la vida,
Bendito señor…
Porque me concedas
Tan solo un instante,
Escuchar su voz.
Mirar sus pupilas…
Sentir su calor.
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Todo está en silencio…
Mis ojos no lloran.
Ya de mi garganta,
No brota la voz.
Mi Padre, esta Ausente,
Y espera en su tumba…
El advenimiento, de
CRISTO JESÙS.
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“COSECHANDO”
Todo lo he dado,
Porque dando, he logrado
Recibir mucho más.
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Las cosas materiales,
Las doy por convicción,
Di parte de mi vida…
También mi corazón.
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Hoy estoy cosechando
Lo que un día sembré.
y por cada semilla…
Cientos levantaré…
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La vida me dio vida,
HIJOS Y BENDICIONES.
Y cuando di mi amor.
Nacieron mis canciones.
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“INSPIRACION”
Crece la imaginación
También los arboles crecen
Y se visten de mil verdes
Que pronto, desaparecen.
Después, cubiertos de flores
Y con tintes de colores,
Los pétalos matizados
Con visos entre cortados.
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Aparece luego el fruto,
UN SEMILLERO INCONTABLE,
Inspiración infinita
De La Fuente inagotable.
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HASTA MAÑANA