Pero, a diferencia de 5 internos del centro Escudo de Salvación que están en la cárcel desde hace dos años, a él se le permite llevar el proceso en libertad
Alexis Massieu
La Prensa
De la misma forma en que les ocurrió–hace dos años–a los 5 internos y a los 2 padrinos, el día de ayer Erick Abizael, y su escolta Ángel Arturo “N”, fueron vinculados a proceso, pero a diferencia de los otros implicados, en lugar de ir a prisión, se les impuso por medida cautelar la del brazalete electrónico, y el arresto domiciliario, lo que implica que sólo podrán salir de su casa para ir al trabajo.
Fue tras una breve audiencia de 30 minutos, en la que pese a los alegatos de la defensa, buscando desacreditar la acusación que pesa en su contra, el juez a cargo les dictó un auto de vinculación a proceso, y confirmó las medidas cautelares que se les habían impuesto desde la semana pasada, con las cuales tendrán que cumplir durante todo el tiempo que dure el proceso.
Para continuar con las investigaciones, y conseguir más pruebas a favor o en contra, sobre lo que ocurrió en el anexo Escudo de Salvación los días 7 y 8 de julio del año 2022, el juez les concedió al Ministerio Público y a la defensa, un plazo de 4 meses, tras el cual se reanudarán las audiencias dentro de la causa 891/2022.
Antes de que concluyera la etapa inicial del proceso en contra de Erick Abizael, y Ángel Arturo “N”, el abogado de quien era propietario del anexo, y de su escolta, solicitó que se le girara un oficio a la Unidad de Medidas Cautelares, para que emita un nuevo informe sobre los riesgos que pudiera implicar para las víctimas y testigos que ambos continúen en libertad, esto con miras a librarlos del arresto domiciliario y del brazalete.
En ese sentido, se prevé que la defensa de los dos imputados, buscará en próximas fechas, que se le modifique la medida cautelar a sus clientes, y en vez del localizador electrónico y del “arraigo” domiciliar, se les imponga una menos “intrusiva” en sus vidas, como son las firmas periódicas.
Sobre lo que sucedió en la audiencia de vinculación a proceso, se le preguntó a los familiares de algunos de los otros implicados, que se encuentran en prisión, si les parecía justo que Erick Abizael, y su escolta Ángel Arturo, quedaran libres, estos prefirieron guardar silencio.
EL CRIMEN DEL ANEXO
De acuerdo a las investigaciones del Ministerio Público, fue tras el intento de fuga que hizo Jesús Alfredo Salayandia Reyes, en el anexo Escudo de Salvación, junto a otros internos, el día 7 de junio del año 2022, cerca de las 07:30 horas, que comenzaron las agresiones que desembocaron en su muerte, por la cual se está investigado a 5 de los internos, a 2 padrinos, al dueño del centro Erick Abizael y a su escolta Ángel Arturo “N”.
Aprovechando que se abrió la puerta principal del anexo para acarrear agua, fue que presuntamente Jesús Alfredo “Jesse”, y otro interno de nombre Jonathan, salieron corriendo del lugar, pero fueron alcanzados por los “servidores”, internos a los que por su buen comportamiento, se les habían asignado diversas tareas, y se les permitía dormir en una cama.
Usando la fuerza, y dándoles de golpes, Jesse y Jonathan, fueron llevados por los servidores, de nueva cuenta al interior del anexo, señalando los testigos que entre los agresores, se encontraban los 5 internos que desde el 11 de junio del 2022, se encuentran recluidos en el penal de Saltillo, Noé Tiburcio, Rodolfo Eliud, Daniel Alberto, Axel Iván, y Mario Alberto “N”.
Tras ser capturados y debido a los golpes, tanto Jonathan como Jesús Alfredo “Jesse”, terminaron amarrados con tiras de sábanas y bañados en sangre.
Jonathan y Jesse, fueron llevados al baño donde los siguieron golpeando entre 5 o 6 de los servidores, lugar en el que también fue visto Juan Carlos “N”, el “Padrino” apodado “Sherman”, quien vociferó: “¿cómo ven?, se querían pelar”.
Más tarde, llegaron al anexo, los escoltas del dueño, Erick Abizael “N”, Ángel Arturo “N”, y otro al que conocen como “Garza”, los cuales se sumaron a las agresiones con golpes, cuando “El Sherman” les informó que Jesús Alfredo y Jonathan habían tratado de fugarse, agresiones, que se prolongaron desde ese día por la mañana, hasta la mañana siguiente, cuando murió Salayandia Reyes.
La participación del dueño del anexo, se indicó, consistió en la de dar ordenes de que se golpeara a las víctimas, y por eso se le considera como un instigador o determinador en los delitos de homicidio calificado y lesiones calificadas con ventaja.
Ángel Arturo “N”, alias “El Guarro”, le hizo—presuntamente–una video llamada a Eric Abizael “N”, quien presuntamente, quería ver cómo sus dos escoltas y el Padrino “Sherman”, golpeaban a los internos que tenían castigados, diciéndoles que les pegaran “machina”, que les rompieran las manos o las piernas, al tiempo que agregaba: “yo pago si algo les pasa”.