Campesinos y ganaderos califican como “una gran bendición” las precipitaciones pluviales que trajo consigo el torrencial, hidratando las tierras y garantizando alimento para el ganado
Fabiola Sánchez
LA PRENSA
«Una gran bendición», fue la lluvia para lluvia el sector rural, donde vivían atemorizados que la sequía impactara gravemente y dejara más pérdidas en el campo y muerte de ganado.
Campesinos y ganaderos del Ejido El Oro reconocieron que la alerta de la llegada de la tormenta «Alberto», lo mantuvo preocupados por la magnitud en la que esperaban tocara tierra, sin embargo, una vez que se comenzó a registrar la precipitación quedaron tranquilos al ver que la lluvia no era intensa sino de manera intermitente.
Ejidatarios del Rubio se mantuvieron siempre a la expectativa ante la creciente del Río, luego de que por el mismo cauce natural corren las aguas negras tratadas y pudiera llegar a ocasionar desbordamiento si el cause llegara a su máxima capacidad y eso generaría para ellos pérdidas de su cosecha.
Nataly Campos, directora de Fomento Agropecuario señaló que, afortunadamente la lluvia «fue una gran bendición», para el sector rural, zona que empezaba a sufrir graves estragos por la sequía e incluso los ejidatarios ya planeaban algunas otras estrategias para sobresalir.
Indicó que, la falta de lluvia para el sector rural estaba preocupando que las intensas temperaturas que se registran en la Región Centro causaran graves estragos.