Recuerdan su bondad. Fuera de la labor académica, la religiosa tenía un club de tejido y algunos de los muñecos que se elaboraban ahí, eran regalados a niños enfermos de cáncer
Karla Cortez
La Prensa
La comunidad de la Universidad Panamericana (UP) recordó este viernes a la maestra «Soco» Solórzano, quien perdió la vida junto con otras tres mujeres en un accidente carretero ocurrido el jueves en Coahuila.
La institución educativa llevó a cabo una celebración eucarística que estuvo a cargo del sacerdote Claudio Minakata, quien dijo que tiene la esperanza de que Solórzano se encuentre ya en el cielo y de que hará todo lo posible para que sus seres queridos la acompañen.
«La muerte de ‘Soco’ nos puede llenar de dolor, nos llena de dolor, pero también nos podría llenar de sufrimiento si perdemos la visión sobrenatural, si se nos olvida que como dijo el Señor en el Evangelio, si se nos olvida que estamos para dar fruto para el cielo, si el Señor ha sembrado una semilla en nuestro corazón que tiene que fructificar o le toca fructificar para el cielo», dijo el clérigo durante la homilía.
«Si en nuestro corazón no hay tierra buena o profunda, sino que a lo mejor está llena de espinas porque traemos el corazón puesto en las riquezas o somos frívolos y, por lo tanto, la tierra de nuestra alma es superficial o estamos llenos de preocupaciones, y entonces hay muchas piedras o tenemos el corazón duro porque lo tenemos cerrado hacia el Señor y entonces no penetra la semilla de la palabra de Dios».
Rafael Santana, decano de la escuela de Comunicación en la Universidad Panamericana, recordó a «Soco» Solórzano primero como una alumna destacada y apasionada de la comunicación. Años después, dijo, se dedicó a la academia como una profesional excelente al desempeñarse como profesora de ética profesional y responsable de todos los programas académicos de la escuela de comunicación.
«Quienes colaboramos con ella, quienes de alguna manera la rodearon se acuerdan de que siempre tenía sonrisa para todos, siempre era muy dispuesta, siempre estaba muy comprometida con todo», dijo.
«Incluso no sólo en el tema profesional de lo que era su trabajo, sino que tenía otras actividades fuera. Por aquí hay varios de los que eran de su club de tejido, un club de tejido muy interesante porque servía como servicio social para algunos alumnos, incluso que hacían muñecos para luego entregarlos a niños con cáncer. Ella hizo familia en toda la universidad».
El accidente en el que falleció Solórzano ocurrió en la autopista de la Carretera 57, a la altura de Los Chorros, en Ramos Arizpe, Coahuila.
También murieron Carla Angulo, de Culiacán; Lydia García, de la Ciudad de México; y Mariana Vela, de Monterrey.
Loretta Limón, de Chihuahua, resultó lesionada y se encuentra grave en el hospital.
El hecho ocurrió cuando viajaban de la casa de retiros «Los Pinos», camino hacia Saltillo, Coahuila.