Por Expansión
La Prensa
Se define así misma como “desplazada interna forzosa”, pero la mejor descripción de Delia Quiroa es que es víctima y defensora de víctimas: inició su lucha hace diez años, tras la desaparición de su hermano, en Tamaulipas, cuando tenía 24 años.
Quiroa saltó a la escena nacional hace un año, en mayo de 2023 en que hizo un llamado público a nueve organizaciones criminales, para ir a “un acuerdo de paz”. Pero su mamá, María Isela Valdez, ya había sido noticia nacional: el 24 de junio de 2019, suplicó a gritos, arrodillada ante el presidente Andrés Manuel López Obrador, ayuda para encontrar a su hijo desaparecido, Roberto, el hermano de Delia.
Hoy la activista y defensora de derechos humanos ha recurrido a solicitar ayuda en otros lados: los grupos criminales, en búsqueda de paz y de encontrar a desaparecidos.
De acuerdo con la defensora de derechos humanos, se preparó para abogada por esa desgracia familiar tras ver que no hay nadie que defienda a las víctimas. Hoy es licenciada en Derecho y Juicios Orales, maestra en amparo y derechos humanos.
Dos años después de la desaparición de su hermano, su madre y ella fundaron el Colectivo Nacional de Víctimas Diez de Marzo, del que Quiroa es vocera, al igual que de la Unión de Colectivos de Madres Buscadoras en Tamaulipas, más de diez organizaciones integradas por víctimas de la violencia criminal que vive la entidad desde hace décadas.
Esta semana fue noticia nacional por pedir ayuda a grupos criminales para liberar a secuestrados, pero en realidad no es la primera vez que establece un diálogo público con líderes del narcotráfico para cesar la violencia, hallar desaparecidos, y ahora liberar a víctimas de secuestro.
El 30 de julio de 2021, en la lucha por encontrar a su hermano, pidió al líder de los “Ciclones”, escisión del Cártel del Golfo en Matamoros, una tregua para permitir la búsqueda de desaparecidos y exhumar restos humanos en un predio conocido como La Bartolina, en Tamaulipas.
En ese mensaje pidió una “tregua de paz” pues comenzaron a acercarse otras madres que buscaban a sus hijos y aseguraban tener indicios de que estaban en ese predio, cercano al mar, por lo que los restos desaparecerían; días después aparecieron “narcomantas” en la presidencia municipal de Reynosa con el mensaje de que “ellos no se metían con la gente, que había tregua”, por lo que ha seguido ese camino.
A ese grupo criminal al que pide ayuda es el mismo al que le atribuye la desaparición de su hermano—quien primero fue retenido en febrero de 2013 por negarse al pago de derecho de piso de un restaurante que tenía su mamá y liberado en 45 días tras el pago de 300 mil pesos– y luego el 10 de marzo de 2014 en que nuevamente fue “levantado”, sin que desde entonces se le haya visto de nuevo.
Según le han dicho a la activista, tras ser retenido su hermano fue llevado a esos terrenos que buscó explorar y donde fueron exhumados restos humanos.
En mayo de 2023, en tanto, públicamente y a nombre de un conjunto de colectivos de víctimas, lanzó un llamado a nueve cárteles del crimen organizado a “un acuerdo de paz para que cesen los conflictos armados y se erradique la desaparición forzada de personas”, con el ofrecimiento de que, de ayudar a la pacificación del país, los propondría para un premio.
Su mensaje en redes sociales fue al Cártel Jalisco Nueva Generación, al Cártel de Sinaloa, al Cártel del Golfo, al Cártel del Noreste, al Cártel de los Zetas vieja escuela, al Cártel de los Salazar, al Cártel de Tijuana, al Cártel de Ciudad Juárez, al Cártel de los Beltrán Leyva, a la Familia Michoacana y a los Caballeros Templarios.
En entrevistas la activista ha reconocido que en el Colectivo que encabeza también hay familiares de halcones y personas que formaron parte de grupos criminales -pero también están desaparecidos o fueron asesinados- pues también son víctimas.
Ahora volvió a ser noticia nacional al colocarse en esa misma sintonía y no sólo al solicitar “respetuosamente” al Cártel del Golfo la aparición con vida del profesor Juan Manuel López secuestrado durante 36 horas y liberado exitosamente el día 25 de julio, sino recurrir el pasado jueves primero de agosto, al mismo grupo criminal y pedirle ayuda.
En esta segunda ocasión para el regreso a su casa del empresario tamaulipeco José Ventura Castillo, de 78 años, quien fue privado de su libertad desde el 31 de julio y de acuerdo a reportes locales ya regresó a su casa a salvo. El empresario es padre de la recién electa senadora suplente Verónica Castillo, quien contendió en fórmula con la legisladora electa Olga Sosa, exdiputada federal por el Partido Encuentro Social (PES).
Entre otras tareas Quiroa encabezó a fines del año pasado los amparos colectivos para impedir que personas no halladas fueran eliminadas del Registro Nacional de Personas Desaparecidas.
Eso tras las revelaciones de Karla Quintana excomisionada Nacional de Búsqueda, de una supuesta estrategia gubernamental para reducir la cifra de desaparecidos con supuestos hallazgos de personas en esa lista, lo que el presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó pero dijo que sí se encontró en sus casas, en padrones de beneficiarios o en otros estados, a personas anotadas en el Registro, por lo que este fue depurado.
