Por Latinus
La Prensa
La embajada de Estados Unidos en México negó este jueves que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador haya pedido limitar la cooperación de seguridad tras el arresto de Ismael “El Mayo” Zambada hace tres semanas, en El Paso, Texas.
“Hemos recibido preguntas sobre una supuesta solicitud del gobierno de México para limitar o suspender ciertas actividades de aplicación de la ley entre los gobiernos de Estados Unidos y México. Esto es falso”, señaló en un comunicado el embajador estadounidense en México, Ken Salazar.
El diplomático se pronunció así horas después de que el presidente López Obrador afirmó durante su conferencia matutina que Estados Unidos solicitó a México cancelar la solicitud de extradición que Washington hizo de Zambada, cofundador del cártel de Sinaloa, y de Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Ante los cuestionamientos de la prensa que ha recibido la embajada, Salazar aseveró que la cooperación entre ambos gobiernos continúa.
“En realidad, continuamos teniendo y esperamos mantener una profunda cooperación con el gobierno de México bajo el Marco Bicentenario sobre Seguridad. Nuestros pueblos están más seguros como resultado de esta importante cooperación”, dijo.
Y reafirmó la cooperación en materia de seguridad entre ambas naciones.
“De hecho, como informé el viernes pasado en mi conferencia de prensa, los logros en materia de seguridad han sido históricos gracias a la cooperación sin precedentes”, enfatizó.
La detención de Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los miembros fundadores del Cártel de Sinaloa, generó controversia entre los gobiernos estadounidense y mexicano ante la poca información disponible.
López Obrador duda de que no hayan participado agentes estadounidenses en territorio mexicano, como sostuvo el viernes pasado el embajador de Estados Unidos, quien aseveró que fue una “operación entre cárteles”, y pidió avances de la investigación de la captura a la Fiscalía General de la República (FGR).
La detención de Zambada, quien no había pisado la cárcel en sus más de 40 años dedicado al narcotráfico, causó un terremoto político en México, que se agudizó con una carta que el capo publicó el sábado, en la que aseveró que el día de su arresto se reuniría con el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya.
El gobernador, del oficialista Movimiento Regeneración Nacional (Morena), negó los señalamientos y recibió el respaldo de López Obrador y la presidenta electa, Claudia Sheinbaum.