Después de más de dos décadas de matrimonio con Erik Rubín, la conocida conductora mexicana Andrea Legarreta sorprendió al público cuando anunció su separación en febrero de 2023. Aunque el final de su relación fue amistoso y ambos continúan en contacto por el bienestar de sus hijas, Nina y Mía Rubín, la noticia marcó un cambio importante en la vida de la presentadora de Hoy.
Ahora, meses después de este suceso, Legarreta ha comenzado a hablar abiertamente sobre su disposición a abrirse nuevamente al amor. Lo que en un principio parecía lejano, hoy es una posibilidad real, aunque la conductora se muestra cautelosa y sincera sobre su proceso emocional.
El apoyo de sus hijas y amigos
El cambio en la postura de Legarreta hacia las relaciones amorosas ha sido gradual y ha contado con el apoyo de sus seres queridos, incluidas sus hijas y sus amigas más cercanas. En una reciente entrevista, la conductora reveló que en un principio no se sentía lista para iniciar un nuevo romance, pero su perspectiva ha evolucionado con el paso del tiempo.
“Hace unos meses, desde que sucedió esto de la separación, hasta hace muy poquito tiempo, me había mantenido muy cerrada a eso. Luego me dicen amigas: ‘Te voy a presentar a alguien, alguien te quiere conocer’, incluso mis hijas me dicen ‘Oye, mami, date la oportunidad’”, compartió Andrea Legarreta. Este apoyo incondicional ha sido clave en el proceso de sanación de Andrea, quien ha comenzado a considerar la posibilidad de conocer a alguien nuevo.
“Sería bonito alguien que me apapache”
En sus declaraciones más recientes, la conductora confesó que ha empezado a sentir la necesidad de tener a alguien en su vida que la cuide y la haga sentir querida. Sin embargo, también destacó que aún no está lista para lanzarse de lleno en una relación amorosa.
“Cambié un poquito y de pronto digo ‘Sí sería bonito alguien que me apapache’, pero sinceramente, por lo menos eso ya ha cambiado, eso ya es un paso, pero todavía como que lleguen y me presenten no, no me gustaría”, comentó Andrea Legarreta. Este cambio en su actitud ilustra el proceso de adaptación que ha vivido tras su separación, un proceso común en muchas personas que experimentan rupturas después de relaciones largas.
La cautela y la reflexión de Andrea
A pesar de esta apertura al amor, Andrea Legarreta dejó claro que está tomando las cosas con calma. A sus 51 años, la presentadora es consciente de la importancia de no apresurarse y de cuidar su corazón. Durante sus declaraciones, expresó su deseo de ser observadora y cuidadosa a la hora de conocer a alguien nuevo.
“Tal vez la vida, si de pronto se da la oportunidad de conocer a alguien y ver si está padre, también soy observadora, un poquito desconfiada, cuidadosa, me quiero ir con mucho cuidado. No significa que salir con alguien vayas a tener algo o te vayas a casar”, añadió Legarreta.
Sus palabras reflejan una madurez emocional que ha desarrollado a lo largo de los años y que la guía en este nuevo capítulo de su vida.
Un proceso de crecimiento y sanación
La historia de la conductora no solo ha mantenido a sus seguidores atentos a su vida personal, sino que también ha inspirado a muchos. Su capacidad para afrontar una separación pública con dignidad y su apertura hacia nuevas oportunidades de amor muestran el proceso de crecimiento y sanación que ha experimentado.
“Creo que todos en algún momento pasamos por momentos difíciles, pero lo importante es no cerrarse a la vida, a las oportunidades y al amor. Me siento agradecida por lo que he vivido y emocionada por lo que vendrá”, concluyó Andrea Legarreta.
Un nuevo capítulo en la vida de Andrea Legarreta
La vida de Andrea Legarreta ha sido un constante recordatorio de que, a pesar de las adversidades, siempre hay lugar para el amor y el crecimiento. Aunque su separación de Erik Rubín marcó el final de una etapa, su apertura a nuevas experiencias emocionales refleja su resiliencia y su deseo de seguir adelante.
Mientras sigue explorando este nuevo capítulo de su vida, Andrea Legarreta demuestra que nunca es tarde para darle una nueva oportunidad al amor, siempre y cuando se haga con cautela y autenticidad.