Estás en plena discusión y de pronto tu pareja guarda silencio. Esto es lo que podría estar pasando en su mente y seguro no tenías ni idea.
Mario Guerra, el rockstar del amor, va a explicar las razones por las que tu pareja guarda silencio cuando están discutiendo o cuando están solos, sigue leyendo para que te de paz y sepas que no hay nada malo en esto.
El patrón de “persecución-retirada” es particularmente estresante y causante de ansiedad para la parte de la pareja que recibe el silencio del otro. Puede dejar a la pareja sintiéndose abandonada y desmotivada quizá pensando:
- “Si no quiere hablar seguro no le importa nuestra relación”
- “Si no quiere hablar, ¿qué caso tiene seguir en esto?”
Es también estresante para los hombres que saben que esta conducta sólo empeora la relación, pero de alguna forma u otra la mayoría refiere “no saber cómo evitarlo”. El Dr. Shawn Smith de la Universidad de Denver sugiere algunas conclusiones derivadas de entrevistar a un grupo de hombres, encontrándose las siguientes causas que refieren ellos mismos acerca de su silencio.
5 razones por las que tu pareja guarda silencio
Los hombres han aprendido que es vergonzoso hablar de sus emociones
Muchos hemos sido enseñados que hay que resolver los problemas de manera rápida, práctica y eficiente para hacerlo de manera correcta.
Es femenino discutir sobre temas emocionales, por lo que se nos ha enseñado a que quien lo hace puede quedar en ridículo por ser muy emocional.
Conversar con su pareja los hace sentir vulnerables a la crítica y la vergüenza y para evitarlo, e incluso hablar de esta vulnerabilidad en sí misma, eligen guardar silencio.
El silencio en este caso cumpliría (erróneamente) el propósito de evitar sentir que somos “menos hombres”. Resulta marcadamente complejo despojarse de estas creencias y conductas estereotipadas de género.
Se sienten superados
Existe la creencia generalizada que las mujeres están mejor “entrenadas” mediante la práctica a discutir porque las mujeres desde la niñez y adolescencia conversan más acerca de sus relaciones que los hombres.
Los hombres en este caso tienden a creer que cualquier cosa que digan los va a meter en mayores problemas y refieren argumentos como:
- “Parece recordar todo lo que he hecho o dicho, mi mente no trabaja así”
- “Saca cosas que yo pensé ya habíamos aclarado, no sé cómo defenderme de eso”
- En este caso el silencio puede ser la última barrera para protegerse de una sensación de derrota y resignación.
Porque se sienten enojados
Para muchos hombres el enojo es la respuesta automática cuando se sienten criticados, heridos, no respetados, ignorados o aún tristes. Frecuentemente toma tiempo darnos cuenta qué es exactamente lo que ha disparado nuestro enojo.
El silencio parece la mejor opción mientras el enojo disminuye. En este caso el silencio evita decir cosas de las que luego podamos arrepentirnos e incluso, para algunos que han sido educados en el respeto a la mujer, evitar lastimarla o dañar la relación aún más.
Sentimiento de impotencia para satisfacer a la pareja
Para un hombre sano es importante no sólo su felicidad, sino satisfacer razonablemente a su pareja. Una mujer continuamente inconforme desencadena un sentimiento de impotencia en el hombre acerca de dar gusto a la mujer. Prefieren permanecer pasivos y empeorar las cosas que empezar a discutir y empeorar las cosas; esto es, se ahorran la discusión.
Aprendizajes de la infancia o relaciones previas
Es verdad que cierta tipología de personalidades y comportamientos resulta útil para identificar y explicar algunos comportamientos, pero los factores personales o individuales son quizá más importantes. La mente suele usar experiencias pasadas como referente para establecer conductas presentes.
Alguien puede haber aprendido que el conflicto es “peligroso”, quizá cuando discutía con su propia madre y el silencio era un medio muy eficaz para no prolongar su lenta y dolorosa agonía. Esta estrategia pudo haber sido eficiente en el pasado en ese contexto, pero eso no garantiza que funcione hoy por ejemplo en una relación de pareja.
Los comportamientos que en el pasado nos hicieron sentir a salvo son los que más cuesta modificar en el presente, pues lleva tiempo y trabajo entender y trascender la historia personal.
Aunque el silencio masculino pueda parecer cruel, en realidad la gran mayoría de las ocasiones se trata de una conducta orientada a buscar resolver un problema, aunque frecuentemente de resultados muy insatisfactorios y hasta opuesto con esa finalidad. Básicamente creen que el problema se resolverá no hablando.
¿Cómo afecta el silencio en la relación?
El daño del silencio. Cuando queda un vacío en la comunicación se sienta tierra fértil para las interpretaciones de aquel que se quedó esperando una respuesta y, muy frecuentemente, estas interpretaciones van en el sentido de que al silente no le importa la relación, la persona o ambos.
El silencio tóxico. No podemos cerrar los ojos a otra modalidad de silencio. Hay quien usa el silencio para castigar o manipular al otro. Esto es el reflejo de problemas de carácter o personalidad que deberían ser resueltos individualmente y no en una terapia de pareja.
¿Qué hacer ante el silencio de nuestra pareja?
Para toda solución tienen que cumplirse dos supuestos:
- Que él reconozca que ese comportamiento es un problema
- Que tenga la voluntad de trabajar para corregirlo.
Ahora hay que definir el silencio y entender de dónde viene:
• ¿Qué es lo que trato de conseguir o evitar con mi silencio?
• ¿Qué problema tratas de resolver queriendo que él hable?
• ¿Cómo el comportamiento de cada uno afecta al otro?
Enfocarse en el patrón de comunicación, no en la persona
El principal pensamiento erróneo en los problemas de pareja es este:
- “Tu comportamiento es el problema en esta relación. Todo estaría mejor si tu cambiaras”
Es natural notar una conducta inadecuada en nuestra pareja antes de descubrir cómo es que nosotros, desde nuestro lado, contribuimos a mantener el conflicto. Se hace necesario también un análisis de mi manera de colaborar en este conflicto y no sólo centrarme en mi pareja; sin embargo, este otro pensamiento es muy común:
- “¿Y yo por qué voy a cambiar?, él es el que se cierra cada vez que yo quiero hablar…”
- Resolver los problemas de pareja es un trabajo de equipo. Piensa en tus problemas de pareja como una invasión de Zombies… nunca le dirías a tu pareja:
- “Oye, hay zombies sedientos de sangre en la sala, resuélvelo tú porque ese es tú problema.
Interrumpir este patrón tan pronto como se detecte
Para evitar que se vuelva un hábito. Una vez identificado el patrón, la pareja puede acordar una palabra clave o decir “vamos a tomar un descanso” para evitar recaer.
Como los boxeadores, al escuchar la palabra clave ambos deben guardar silencio y retirarse a “sus esquinas” a enfriarse y reconsiderar pensamientos y sentimientos. Deben acordar previamente un tiempo para retomar la conversación. Algunas parejas encuentran útil escribir sobre sus pensamientos y sentimientos antes de retomar la conversación; de esa manera organizan mejor sus ideas.