Juan Felipe “N” fue llevado ante un Juez penal este jueves y vinculado a proceso
Alexis Massieu
La Prensa
Acusado de robarle a su ex patrón más de 19 mil pesos, usando las llaves que tenía de dos de las sucursales de agua purificada que están localizadas en los municipios de San Buenaventura y Nadadores, Juan Felipe “N”, fue llevado ante un juez penal el día de ayer, y vinculado a proceso por el atraco que se llevó a cabo en un periodo de un mes y medio, del día 3 de febrero al 16 de marzo del presente año 2024.
Fue en la sala 3 del Centro de Justicia Penal, donde se llevó a cabo la audiencia inicial por la acusación de robo agravado que pesa sobre Juan Felipe “N”, quien hasta el mes de noviembre del año pasado, era el encargado de los establecimientos de agua purificada, propiedad del afectado, de nombre Jorge Arturo.
De acuerdo a las investigaciones hechas por el Ministerio Público, Jan Felipe “N”, tenía a su cargo una camioneta de la empresa de agua purificada, un teléfono celular, y las llaves de las dos purificadoras donde se cometieron los robos, localizadas en las colonias Nueva Esperanza de Nadadores, y 16 de Abril en San Buenaventura.
Cuando dejó de trabajar para la víctima, el acusado le regresó la camioneta y el teléfono, pero no las llaves de los expendios de agua purificada, siendo el día 3 de febrero, cuando empezó a notar en ambas sucursales, que le faltaba dinero, ya que los registros de las máquinas no coincidían con el agua que se había vendido, y entre ambas, tenía un faltante de 6 mil 512 pesos.
El 18 de febrero sucedió lo mismo, detectando el afectado que le faltaban 5 mil 294 pesos, repitiéndose esa situación el día 2 de marzo, sin que le encontrara a ese problema una explicación, dado que no había daños u otros indicios de que le estuvieran robando, faltándole en las ganancias 3 mil 752 pesos más, y 50 bultos de sal.
Dado que no se acordaba de lo de las llaves que no le regresó Juan Felipe, la víctima llegó al punto de preguntarle a su esposa si no era ella quien había estado agarrando dinero de las purificadoras, y fue entonces que encontró la manera de instalar cámaras de seguridad en esas dos sucursales, dado que, hasta ese entonces, en esas colonias no había señal de internet.
Eran cerca de las 11:00 del 16 de abril, cuando al estar revisando las cámaras de vigilancia, el afectado vio a Juan Felipe llegando a una de las purificadoras, y de inmediato mientras él ya se encaminaba, le marcó al encargado de la sucursal de nombre Jorge, para que se acercara.
Cuando llegó el trabajador a la purificadora de la colonia Nueva Esperanza, vio que en el exterior se encontraba un sedán Ford Scort de color blanco, con un hombre al volante, el cual al notar su presencia bajó para simular que iba a llenar un garrafón, y repentinamente se marchó, y fue cuando quiso entrar al local, que repentinamente la puerta se abrió y se encontró a Juan Felipe “N”, con quien comenzó a forcejear.
El empleado de la purificadora se quedó con el sueter rojo y la playera negra que Jan Felipe “N”—presuntamente–llevaba puestos, sin embargo, el sospechoso había podido escapar con 4 mil 250 pesos, corriendo del lugar con el torso desnudo, y dejando las llaves pegadas a la cerradura, siendo todo grabado por las cámaras de vigilancia, y visto a la distancia por el dueño, que mientras manejaba miraba lo que pasaba desde su teléfono celular.
Además de los videos, el Ministerio Público agregó entre las pruebas que pesan sobre Juan Felipe “N”, dos testimonios de vecinos de los dos establecimientos que fueron robados, quienes en diversas fechas vieron al acusado ingresar al lugar, sin sospechar algo extraño.
Cuando le llegó el turno a Juan Felipe de declarar, pese a que en un primero momento dijo que sí, por consejo de su abogada reculó y guardó silencio, pidiendo que le resolvieran su situación legal en ese momento.
El supuesto ladrón fue vinculado a proceso, y como medida cautelar, durante todo el tiempo que dure el juicio en su contra, deberá mantenerse alejado de la víctima, los testigos y las purificadoras de agua donde ocurrieron los hechos.
Para que puedan conseguir pruebas, ya sea a favor o en contra, el juez les concedió tanto a la defensa como al ministerio Público, un plazo de dos meses para que lleven a cabo una investigación complementaria, etapa tras la cual se reanudarán las audiencias.