“Hay un monstruo en el baño”, le decía la pequeña quien actualmente tiene 4 años a su mamá. Actualmente el hombre tiene orden de restricción, pero sigue libre
Fabiola Sánchez
LA PRENSA
«Hay un monstruo en el baño», expresaba con temor la pequeña de tan solo tres años de edad a su madre; dos años han pasado de haber sido víctima de un abuso sexual por parte de su propio padre y la justicia no ha llegado, el presunto responsable sigue gozando de libertad y desafortunadamente se ha convertido en una pesadilla para la familia de Catherine Madeleine García Martínez.
Una desgarradora historia es la que ha vivido la joven madre de familia quien le dio toda su confianza de convivir y cuidar de su hija Katerin “N” a su padre a quien identifica como Bladimir “N”, sin imaginar que sería él el hombre que le causaría tanto daño.
García Martínez detalló que, en el mes de mayo del 2022 el padre de su hija llegó a su domicilio a entregarle a la niña, quien apenas tenía tres años de edad, con quien convivía cada quince días los fines de semana por acuerdo ante el juez familiar ante su separación.
Narró que, ese día la pequeña le hizo una confesión que le causó conmoción, luego de que al momento de duchar a Katerin “N”, la niña le pidió inocentemente y con mucho temor que no le fuera a lastimar sus partes íntimas (las palabras fueron más explicitas).
“Cuando ella me dijo eso, yo me sorprendí no sabía qué hacer y le prometí que no lo haría, le pregunte que quien lo hacía y ella me dice que su papá, me quedé en shock y me puse a llorar con ella mientras terminaba de bañarla”.
Manifestó que, después de tan desgarradora confesión acudió ante la Procuraduría de Niños, Niñas y de la Familia donde una vez que dio a conocer lo ocurrido se le levantó la denuncia y se le asignó la atención con un psicólogo.
“La psicóloga me dijo que eso era mentalmente mío, que no tiene nada que ver con la niña, que yo lo estaba imaginando, me hizo ver por loca y yo en su momento lo creí, ella me lo dijo porque yo también viví abuso sexual cuando estaba chiquilla”.
Indicó que, después de haber sido atendida por la especialista ella aceptó la opinión y trató de comprender y seguir la vida normal, procurando siempre que su hija tuviera la convivencia con su padre cada 15 días como era acordado ante la autoridad.
GRABA NARRACIÓN DE SU HIJA
Fue hasta el mes de octubre del 2022 cuando, nuevamente la niña quien ya había cumplido cuatro añitos le volvió a hacer un comentario que esta vez no puso en duda lo que la pequeña decía.
Relató que, ella siempre le sorprendía cuando la niña decía que había monstruos en el baño, pensando siempre inocentemente que a algo le temía al entrar sola, sin imaginar que todo lo que le ocurrió fue ahí.
Catherine Madeleine reveló que su hija le pidió inocentemente que le diera un beso en sus partes intimas como su padre lo hacia cada noche antes de dormir, petición que erizó su piel y causó tantas dudas.
“Cuando ella me dice eso, de inmediato tomé mi celular y le comencé hacer preguntas y grabar todo lo que ella me decía, todo lo que confesó lo presenté ante PRONNIF nuevamente y fue hasta entonces que le dieron más seriedad al tema”.
Informó que, las pruebas presentadas obligaron a las autoridades a trabajar e investigar, pero desafortunadamente solo revictimizaron a la pequeña una y otra vez, siendo sometida a una serie de interrogatorios y estudios para determinar el grado de abuso del cual fue víctima por su propio padre.
“Fue violación impropia, la psicóloga me dijo que la estuvo preparando para un abuso sexual consumado, afortunadamente no llegó a esa etapa y pude darme cuenta a tiempo”.
Pese a todo el daño que Bladimir cometió a su propia hija, la victima indirecta que es la madre de la menor dio a conocer que, el hombre solamente fue llevado a juicio donde escuchó todo lo que se le acusaba y nunca mostró arrepentimiento, ni defendió su inocencia.
Señaló que, los cargos que se le acusaban y las pruebas no fueron suficientes para que el imputado quedara bajo prisión preventiva y fue puesto en libertad, transcurriendo ya dos años de lo ocurrido y hasta el día de hoy el goza de su libertad e incluso pelea la patria potestad de la menor.
Indicó que, todo este tiempo las autoridades del Centro de Justicia y Empoderamiento para la Mujer, dependencia que también está interviniendo en el caso, han estado brindándole protección y por alguna u otra razón ni el brazalete le han colocado, pese a que se le otorgo su libertad condicional.
Manifestó que, viven con el coraje, la impotencia y el temor de no poder salir con su hija a la calle, debido a que el habita en el mismo municipio de Castaños de donde ella es originaria. Relató que, e incluso se ha visto merodeando su domicilio pese a que cuenta con una orden de restricción y tiene estrictamente prohibido estar cerca de su domicilio