Los expertos dan cuenta sobre el daño que pueden hacer ciertas frases en edades tempranas
Todas las personas nos vamos construyendo como miembros de una sociedad a medida que pasan los años. Desde que somos niños comenzamos a recibir ciertos estímulos que nos ayudan a formar nuestra personalidad y convertirnos poco a poco en seres sociables y que distintas ciencias intentan descifrar y comprender en su totalidad.
Sin embargo, las personas somos tan complejas como el mismo universo que no basta con una sola rama de la ciencia para estudiarnos, y mucho menos descifrarnos. Entre estas se encuentra la psicología que pone el foco en la conducta y los procesos mentales que realizamos como individuos y en grupo de individuos.
Frases prohibidas a la hora de comer
En este marco, la injerencia de los padres sobre sus hijos es muy importante ya que en edades tempranas es cuando más se aprende y la personalidad comienza a formarse. Los niños repiten todo lo que escuchan de sus padres e imitan todo lo que hacen también.
Por otro lado, todo lo que los padres les digan a los niños puede dejar huellas en su accionar futuro, ante ciertas circunstancias. Es por eso que hoy te proponemos conocer, según la psicología, cuáles son las 3 frases que debes evitar decirle a tus hijos mientras están comiendo.
Por lo general, a la hora de comer los niños pueden mostrarse esquivos a querer probar la comida y esto puede deberse a que no tienen hambre, no les gusta lo que ven sobre la mesa, prefieren seguir jugando o simplemente están cansados. Sea lo que sea, esta situación es el disparador del enojo de la mayoría de los adultos que pretenden que sus hijos se alimenten y entiendan la importancia de la comida. La psicología ha puesto su lupa sobre estos momentos y en especial sobre algunas frases muy comunes que suelen surgir, y que deberíamos evitar decirlas.
“Si no te comes x, no habrá postre”: los expertos señalan que no se debe obligar a los niños a comer algo que no quieren. La idea es evitar amenazas, disfrazadas con premios, porque estaríamos condicionando la hora de la alimentación. Los pequeños entenderán que si comen tendrán una recompensa y en otros casos interpretarán que si no comen serán castigados, por lo que lo harán con miedo.
Tanya de la Rosa, experta en nutrición infantil, señala que estas situaciones pueden llevar a una mala relación con la comida, por lo que lo ideal será encontrar estrategias para motivarlos a comer.
“No vas a levantarte hasta que termines de comer”: un estudio difundido por la revista Pediatrics, explica que estas advertencias solo generan resistencia en los niños, todo lo contrario a lo que las personas creen. La clave estará en dejarlos comer cuando tienen hambre y si no quieren dejar que no lo hagan ya que esto les ayudará a entender sus propias señales de hambre.
Actuar de esta forma solo les causará rechazo a los alimentos, un ambiente familiar hostil y le crearemos dificultades a la hora de tomar decisiones.
«Vas a comerte todo. ¿Sabes lo que nos ha costado hacerlo?»: esta frase solo les genera culpa por no querer comer lo que les hemos preparado. Al respecto, el doctor en psicología y neuropsicólogo Álvaro Bilbao remarca que “la culpa es una emoción aprendida que puede llegar a tener efectos en la personalidad del niño”.
POR: EL UNIVERSAL