La hipertensión arterial o coloquialmente conocida como ‘presión alta’, es una enfermedad que afecta y daña el cuerpo de manera silenciosa, hasta el punto de ser potencialmente mortal. Con el tiempo, se convierte en un factor de riesgo que desencadena secuelas graves que pueden llevar a la muerte si no es atendida de manera oportuna.
En México, más de 30 millones de personas viven con hipertensión arterial, lo que significa que una de cada cuatro personas padece esta condición. Esta enfermedad cobra la vida de aproximadamente 50 mil personas al año, y el 46% de los afectados desconoce que la padecen.
De acuerdo con el médico internista, Juan Pablo Del Campo, la hipertensión arterial es considerada una enfermedad silenciosa, pues quienes la padecen, suelen presentar síntomas que son asociados a otras enfermedades.
“La presión alta es como cuando abrimos una manguera y ponemos el dedo en la punta, esto hace que la presión del agua aumente y sea más fuerte, lo mismo pasa con las arterias del cuerpo, el corazón proyecta con más fuerza la sangre porque hay algo en las arterias que dificulta su paso.
“En sus primeras etapas no hay síntomas, por eso muchas personas no saben que padecen de esta enfermedad, pero conforme avanza comienzan a presentarse síntomas y uno de los más comunes es el dolor de cabeza el cual lo toman a la ligera”.
Agregó que el aumento de la presión con la que el corazón bombea la sangre por el cuerpo y el impacto constante de esta presión en algunos órganos puede tener graves consecuencias para la salud de quienes la padecen.
“Los órganos como el riñón están acostumbrados a recibir sangre con cierta presión, pero cuando se eleva y se expone durante tiempos prolongados, hablando de meses o años, a una presión superior, es cuando se lesiona el órgano y hay secuelas que afectan en su funcionamiento y en los casos de órganos vitales, llegan a la muerte.
“Los tejidos que mayormente se lesionan son los del corazón, las arterias que incluso se pueden poner duras por las mismas lesiones, el cerebro, el riñón, hígado, ojos, pulmones, es decir cualquier órgano que reciba sangre y el corazón bombea sangre a todo el cuerpo”.
En la actualidad, la hipertensión arterial no tiene cura, sin embargo, si es diagnosticada a tiempo el tratamiento farmacéutico puede ayudar a tener un control en los niveles de la presión y evitar que el daño a los órganos sea severo.
“Uno de los factores de riesgo para desarrollar la presión alta es la condición genética del paciente, si su mamá, papá, tío, tía o abuelos padecieron de esta enfermedad, existe la probabilidad que también la tenga.
“Por eso se tienen que monitorear con ayuda de un médico la presión, desde temprana edad, las guías clínicas decían que las personas hipertensas eran diagnosticadas a partir de los 40 años, pero ahora vemos que más jóvenes de 25 y 30 años que empiezan a presentar elevaciones en su presión, pero al no tener sintomas, no lo saben”, dijo.
Agregó que la mejor prevención se logra adoptando hábitos de vida saludables, los cuales incluyen una dieta equilibrada, la reducción del consumo de calorías, azúcares, sales y grasas, así como el aumento de la actividad física.
Factores de riesgo:
- Obesidad
- Sedentarismo
- Diabetes
- Consumo de tabaco
- Consumo de alcohol
- Mala alimentación
- Colesterol elevado
- Condiciones genéticas
Síntomas:
- Dolor de cabeza
- Zumbido en el oído
- Sensación de ver luces
- Náuseas
- Vómito
- Sangrado nasal
Fase grave:
- Cansancio
- Confusión
- Dolor torácico
- Temblores musculares
Recomendaciones:
- Alimentarse sanamente
- Disminuir el consumo de sal
- Mantener un peso adecuado
- Realizar actividad física por lo menos 15 minutos al día
- Dejar de fumar
Medirse mensualmente la presión si:
- Tiene más de 40 años
- Tiene sobrepeso
- Consume tabaco
- No realiza actividad física
- Sufre de estrés
