Dormir con las muñecas dobladas es más habitual de lo que parece, y aunque muchos lo asocian con una posición cómoda, puede ser una señal de alerta sobre la salud de las manos y el sistema nervioso. Esta postura, conocida clínicamente como “postura flexora de muñeca”, puede estar relacionada con problemas como el síndrome del túnel carpiano y otras neuropatías. Prestar atención a este comportamiento es importante, ya que podría ser una indicación de compresión en los nervios medianos de las manos.
El túnel carpiano es una condición en la que el nervio mediano, que recorre desde el antebrazo hasta la mano, se comprime en la muñeca, causando molestias. Esto puede agravarse al dormir con las muñecas dobladas. Entre los síntomas más comunes están el hormigueo, el entumecimiento y el dolor nocturno, lo que afecta la calidad del sueño. Además, quienes se despiertan con pinchazos en los dedos o dificultades para manipular objetos deben considerar la posibilidad de una lesión o neuropatía.
Causas comunes de la postura flexora
El síndrome del túnel carpiano es una de las causas principales de esta postura, especialmente en personas que realizan actividades repetitivas con las manos, como trabajar en computadoras o usar herramientas manuales. Al dormir con las muñecas dobladas, se agravan las molestias debido a la compresión del nervio mediano. Según la American Academy of Orthopaedic Surgeons, este problema es frecuente y puede empeorar con el tiempo si no se corrige.
Además de las actividades repetitivas, factores como la mala postura al dormir o el uso de almohadas inadecuadas también pueden influir en la adopción de esta postura. Un entorno de descanso que no brinde soporte adecuado puede llevar a posiciones incómodas, aumentando el riesgo de molestias. Incluso el estrés acumulado puede manifestarse a través de la postura de las manos durante la noche, como una respuesta inconsciente a la tensión emocional.
Soluciones para evitar complicaciones
Corregir la postura mientras dormimos es clave para prevenir complicaciones a largo plazo. El uso de férulas nocturnas puede ser una solución efectiva, ya que ayuda a mantener las muñecas en una posición neutral, reduciendo la presión sobre los nervios. Para quienes ya presentan síntomas, estas férulas son recomendadas para aliviar las molestias y mejorar la calidad del sueño.
Además, ejercicios de estiramiento y fortalecimiento pueden mejorar la flexibilidad de las muñecas y aliviar la compresión nerviosa. Es importante asegurarse de contar con un entorno de descanso adecuado, utilizando colchones y almohadas que brinden el soporte necesario. Relajar las manos antes de dormir, mediante masajes o movimientos suaves, también puede ayudar a liberar la tensión acumulada y favorecer un descanso más reparador.