Por Forbes
La Prensa
La iniciativa de reforma constitucional para que Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) vuelvan a ser consideradas empresas públicas, y ya no empresas productivas del Estado, implicará más opacidad, presión a las finanzas públicas y facilidad para que las firmas operen en números rojos, lo que implicará un retroceso en el país, coincidieron especialistas.
La Cámara de Diputados avaló la iniciativa en lo general y en lo particular, y su discusión pasó al Senado, donde también se analizará la propuesta de que en ningún caso las empresas privadas prevalecerán sobre la estatal en actividades de la industria eléctrica.
Lo que tendremos es que “las finanzas estén más opacas y con mayor apoyo del gobierno, (Pemex y CFE) van a presionar más las finanzas públicas”, de acuerdo con la directora de análisis económico del grupo financiero BASE, Gabriela Siller.
“Es un retroceso en materia de lo que se puede invertir en el sector, como una camisa de fuerza para el sector privado y, por lo tanto una mayor escasez de energía eléctrica, un mayor freno para el crecimiento económico y un menor aprovechamiento del nearshoring”, agregó en entrevista con Forbes México.
Afirmó que la reforma es un retroceso porque es caminar un camino que ya recorrió el gobierno de México, “y lo que pasará es que va a ser más opaco todo lo que tiene que ver con finanzas y si ahora se dice que no tiene que haber una rentabilidad, también es un retroceso, pues la rentabilidad tiene que ser financiera o social”.
“Una empresa aunque sea del Estado tiene que generar una rentabilidad social; por ejemplo, una escuela pública no da una rentabilidad financiera, pero sí tiene una rentabilidad social por lo que está enseñando a los niños y las externalidades positivas que esto conlleva para el resto de la sociedad”, señaló.
Apuntó que si hay una pérdida financiera en Pemex y CFE habrá que ver si sobrepasa lo social y cómo, porque ignorar la rentabilidad de las empresas porque son del Estado puede llevar a ineficiencias.
Agregó que si los privados sólo pueden generar 46% de la energía eléctrica significa ponerles una camisa de fuerza.
“Si el Estado no tiene dinero para invertir en el sector, tampoco va a poder invertir el sector privado y eso nos va llevar a que nos rezaguemos todavía más. Si hay escasez de infraestructura de energía eléctrica que ha frenado la inversión, con esto todavía se va a frenar más y, por lo tanto, se frena el crecimiento económico de largo plazo”, advirtió.
El coordinador de Energía y Medio Ambiente del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), Oscar Ocampo, indicó que a Pemex y CFE “se les estará dando permiso” de que operen con números rojos, y eso es problemático, sobre todo, en un contexto de finanzas públicas presionadas, “la hacienda pública no está como para solventar pérdidas de las empresas estatales”.
Recordó que cada año, la CFE pierde dinero en la generación eléctrica y se le estará obligando a invertir en el segmento que opera con números rojos y, en el largo plazo, se estarán debilitando las finanzas de la empresa y su operación.
El especialista destacó que, de acuerdo con lo que ha dicho el gobierno federal, se obligará a que en la legislación secundaria se plasme la repartición del mercado de 54% para CFE y 46% para privados, lo que obligaría a la eléctrica nacional en incurrir en gastos muy importantes para el desarrollo de energías renovables.
“Se está forzando a la CFE a enfocarse en generación eléctrica y eso sí podría ir en detrimento de las redes eléctricas, donde es el monopolio legal y constitucional de la CFE, y si CFE no invierte, nadie más lo va a hacer”, alertó.
En este contexto, recordó que la demanda de electricidad crece por arriba de los pronósticos propios de la Secretaría de Energía, y la generación se ha mantenido estática los últimos tres años, por lo que la respuesta tendría que ser fomentar un ambiente propicio para la inversión pública y privada.