El virtuosismo que alcanzó con décadas de estudio y vocación por la música, lo transmite a sus alumnos, dando pie a un semillero de nuevos valores en diversos géneros musicales
Alberto Rojas Carrizales
LA PRENSA
Con versos espesos de–feeling- en el género bolero, la cantante monclovense Julia Carlín le rinde tributo al romanticismo, la elegancia de su canto la alcanzó con paciencia, estudio, y disciplina, ahora su virtuosismo lo transmite a sus alumnos, donde en clases ha surgido un semillero de nuevos valores de una diversidad de géneros musicales.
El canto como vehículo hacia la felicidad e inclusive en rehabilitación en enfermos de coronavirus, es el lenguaje universal porque aun cuando se escuche en otro idioma produce emociones de alegría, tristeza, nostalgia, entre otras, dice la cantante.
“Soy monclovense de hueso colorado, tengo enterrado el ombligo aquí, siendo jovencita me fui a estudiar música a la UANL, a buscar horizontes y preparación, 30 años radicando en Monterrey, pero nunca dejé de venir, ahora vivo aquí”, dice en entrevista la músico y cantante quien está entusiasmada con la idea de organizar su concierto en Monclova.
Carlín, que con sus canciones homenajea a la música, asegura que creció con eso; “dicen que el ser humano antes de hablar canta; antes de caminar baila; antes de escribir dibuja; entonces en mi caso la música siempre estuvo presente porque mi papá el ingeniero Alfredo Carlín era músico, era estudiante de ingeniería, pero tocaba el bajo y cantaba en un grupo de rock and roll”.
Hojeando las páginas de su infancia, señala que en su casa siempre había una guitarra, un teclado, una flauta, una armónica, tambores, “entonces un día decidí dedicarme a la música, mi idea principal era solamente ser maestra, y evidentemente lo logré dando clases principalmente aquí en mi Monclova”.
“Toco la guitarra, flauta, armónica, un poco el piano, pero básicamente el piano es una de mis herramientas al momento de dar clases, porque sabemos que la lectura musical evidentemente estoy hablando del solfeo, pues se requiere un poco del conocimiento del piano para poder dar explicar y entender lo qué es la música, dónde están las notas, etcétera”.
“La música me ha permitido la ópera y zarzuela, varios años solamente cantaba ópera después conocí a otros músicos, otros cantantes y me empezó a llamar la atención la contemporánea o sea lo que estábamos cantando fuera de la ópera, entonces empecé a involucrarme y me di cuenta que el bolero era el género que yo quería desarrollar”, explicó.
“Me encanta cantar música mexicana, latinoamericana, folklore, bossa nova, también me gusta muchas cosas, pero cuando llegamos al punto del bolero yo ya me trastorné, trabajo en un proyecto muy hermoso que se llama –Apasionadas- compuesto por puras mujeres con piano, bajo percusión y tres cantantes todas mujeres”, agrega Julia respecto a sus actividades.
LOS BENEFICIOS DE CANTAR
Ella ha participado en festivales culturales en Nuevo León, ya le tocó abrir un concierto de Tania Libertad, saborea las canciones de Agustín Lara, ha trabajado con Francisco Céspedes, Susana Zabaleta, Armando Manzanero, Tatiana, Nicho Hinojosa, Raúl D´Blassio, era parte del staff y al mismo tiempo estaba dando clases de canto.
La cantante instruye que cuando alguien canta, todos los músculos del cuerpo empiezan a moverse, aclara que cantar no es solo aprender una letra y una melodía, es concentrarse es respirar, utilizar los músculos del abdomen, la postura es concentración en los sonidos que se están haciendo.
“Cuando uno está tomando clases de canto, mejoras tu memoria porque tienes que aprender canciones, son muchos beneficios de cantar, por eso dicen que la gente que canta vive más porque es más feliz, emoción de aprender una canción, de cantarla, te sientes mejor es como cuando haces ejercicio”, explica la maestra en música y canto.
De sus inicios en su profesión, Julia Carlín recuerda los tiempos cuando pedía permiso al empresario de la industria radiofónica Melchor Sánchez para entrar en cabina y realizar grabaciones, “entonces él, amablemente, amorosamente tan bondadoso como siempre me autorizaba”.
“Melchor me decía que fuese a la cabina y hablara con el encargado y que le solicitara lo que necesitaba, entonces toda una tarde estuve grabando la canción que quería, es una anécdota que agradezco siempre y cada vez que puedo lo agradezco y guardo con mucho cariño de la familia Sánchez”, expresa la artista.
TERAPIA DURANTE EL COVID
A finales de invierno de 2020, el mundo se infectó de Covid-19, al respecto Julia Carlín recuerda que fue duro para todos, “pero laboralmente la pandemia me dio un aprendizaje tremendo porque me enseñó que podíamos seguir a distancia trabajando con nuestros alumnos entonces, fui de las afortunadas que no me faltó el trabajo durante ese tiempo”.
“Tuve de pronto que entrenar a más personas para dar clases en línea, todo esto de la pandemia me llevó a que tuve que este adecuarme a una plataforma digital, fue el zoom para poder ofrecer una clase de canto como si estuviera mi alumno presente”, añade.
En la clase de canto, asegura, “muchas veces puedo percibir el estado de ánimo por la canción que escogieron los alumnos para cantar en ese día, a veces hay canciones que alguien tiene su estilo y sé más o menos qué género le gusta, siempre yo me adecúo a las expectativas o a los gustos musicales de mis estudiantes”.
De la terapia para enfermos de Covid que luego se recuperaron, explica que afecta principalmente el sistema respiratorio, por lo que aquellos que después de estar intubados, en coma, cuando les quitaron el respirador tenían respiraciones muy agitadas, entonces el doctor sugirió clases de canto para empezar a hacer ejercicios de respiración”. La maestra Julia Carlín tiene en la música y las canciones su pasión, su amor por este arte, ahora en sus proyectos tras retornar de Monterrey durante 30 años, por eso dicen que nadie es profeta en su tierra, contempla un concierto, un recital para crear una atmósfera de romanticismo y alegría en Monclova.
