Por Latinus
La Prensa
Entre lágrimas de coraje, desconsuelo y sorpresa fue como los trabajadores del Poder Judicial de la Federación recibieron el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que desechó el proyecto del ministro Luis González Alcántara Carrancá para invalidar parcialmente la reforma judicial.
“Hoy es un día de luto para el Poder Judicial de la Federación”, gritó desde un templete Patricia Aguayo, principal vocera del movimiento de 55 mil trabajadores judiciales.
“Es un día de tristeza y de luto para nuestros estudiantes y sus futuros, y para los hijos de todos nosotros, nuestros nietos”, continuó su discurso entre lágrimas, dirigiéndose a cientos de trabajadores que se abrazaban, lloraban y gritaban de coraje, tratando de controlar el descontento.
En ese momento, decenas de trabajadores se acercaron a una de las salidas contiguas del edificio judicial cuando observaron que elementos de la policía capitalina se movilizaban para abrirle paso a un ministro.
Muchos pensaban que era el ministro Alberto Pérez Dayán quien salía del recinto.
“Que salga el traidor, que salga el traidor” empezaron a corear los más de mil trabajadores reunidos.
Sin embargo, se llevaron la sorpresa de que se trataba del ministro, Luis María Aguiar, quien intentó llevar consuelo a los juzgadores y trabajadores judiciales.
“Vengo a agradecerles a todos, compañeros, porque todos somos compañeros del Poder Judicial de la Federación, al que queremos, al que honramos, al que reconocemos, gracias por su apoyo, gracias por su solidaridad”, dijo con una voz entrecortada.
Le pasaron varios micrófonos para que su mensaje llegara más lejos, un megáfono primero, luego el micrófono de las bocinas del templete, finalmente expreso su sentir.
“La verdad estamos tristes porque podíamos haber conseguido más y yo trate de hacer mi mejor esfuerzo, pero no fue suficiente. No hubo la gente que se solidarizó con nosotros lo suficiente. Muchas gracias compañeros, los quiero muchísimo, son ustedes verdaderamente el alma del Poder Judicial y, por tanto, de México democrático e independiente”, dijo.
Las palabras terminaron por arrancar más desconsuelo.
Patricia Aguayo trató de controlar el sentimiento y arengó: “No desfallezcan por favor”.
“Yo no voy a verme de rodillas, voy a seguir luchando, porque todos aquí merecemos esa lucha, porque no nos vamos a dejar avasallar; aunque lleguen los jueces nuevos vamos a tener que seguir con la batalla. Porque esa institución jamás va a estar de rodillas ante nadie”, arengó.
Algunos trabajadores reaccionaron aplaudiendo y lanzando consignas a favor del Poder Judicial, otros guardaron sus pancartas y sus banderines y se retiraron en silencio.