Lorena Corpus
Monterrey, México (8-Nov-2024).- 17:49 hrs.
Ni en el más fantástico de los sueños se imaginaron un encuentro tan cercano y cálido con un hombre leyenda, ícono, heredero de una gran escuela como la de The Beatles, Sir Paul McCartney.
Cantante, compositor, multiinstrumentista, filántropo, el legendario Paul llegó por vez primera a Monterrey para presentar su Got Back Tour esta noche en el Estadio de los Rayados.
Sonriente, este hombre de 82 años con un alma jovial, sonrió a sus fans que dentro del lobby del Hotel Safi Metropolitan tuvieron el privilegio de verlo sonriente, con su bajo en mano, y junto a él dos hombres de su equipo más cercano, además de su seguridad que previamente prepararon el área, incluso dentro del hotel acordonaron con cinta amarilla el pasillo por donde Sir Paul caminaría.
Decenas de empleados se colocaron como soldados en el lobby.
La espera era angustiante, y el miedo a ser identificada como reportera aún más. En este exclusivo lugar sólo estaban personal de hotel, seguridad privada y el equipo del cantante, así como algunos huéspedes que llegaron procedentes de otros estados para ver el gran concierto, histórico, pues es el primero que realiza en Monterrey.
Con su espigada figura, una estatura aproximada de 1.80 metros, el célebre McCartney bajó de su habitación sonriente y desde lejos atendió algunas muestras de efusividad de los fans que lograron captar este momento.
Levantó su mano y sonrió.
De lentes oscuros, cabellera bien peinada, ropa casual y calzado cómodo formaron parte de su outfit.
Paul volteó a donde lo llamaron por su nombre. Su barba poco crecida también llamó la atención.
El buen Paul tuvo el detalle de chocar su mano con un fan. Tipazo.
Así, horas antes de subir al escenario, a las 16:46 horas, la gentileza de este ex Beatle ya había conquistado.
Y siguió caminando a paso tranquilo hasta llegar a la puerta del lobby, donde un grupo de efusivos fans instalados a un extremo del hotel cantaban “¡Olé, olé, olé, Sir Paul, Sir Paul!”.
Una vez más hizo gala de su amabilidad, pues tuvo el detalle de voltear a ver a sus seguidores.
Al abordar la Suburban en color negro que lo esperaba, puso un pie en el estribo, y emocionado saludó de lejos a todos sus admiradores. Así o más sencillo y carismático.
Los gritos no cesaron.
Paul estaba en Monterrey y estaba haciendo de las suyas.
Al salir del hotel, ya en la camioneta y al tomar la Avenida Las Torres, volvió a levantar su mano y saludó de lejos.
La emoción de sus fieles fanáticos que esperaron horas por ver este gesto, estalló.
“Me subí a la valla, me hice así (estiró su cuerpo y mano) y me tocó los dedos”, expresó Carmen Bernardo, casi al punto del llanto, pero de emoción.
Sir Paul impactó en este épico e histórico encuentro con los regios por su personalidad jovial.
“No sé cómo le hace, está mejor que uno”, expresó Brandon Wong, fiel admirador de The Beatles, y por supuesto, del talento impecable de McCartney.
Mejor manera de empezar a escribir su historia en Monterrey, imposible.