
Torreón, Coahuila. – Todos los días ‘Tony’, como le dice cariñosamente su mujer, sale temprano de casa para dirigirse a la obra. No paga autobús porque con mucho esfuerzo ahorró para comprar el triciclo que lo moviliza a él, a sus polines de madera y herramientas, y también a su esposa y a sus hijos cuando se trata de llevarlos a comprar el mandado o a la escuela.
Como albañil y pintor de anuncios asegura que gana más de 200 pesos al día, pero acota, bien matado porque aunque haga calor, frío o llueva, él debe evitar a toda costa enfermar para salir a diario a conseguir el sustento de su familia, en tanto que su esposa debe cazar ofertas, comprar productos a granel, a pie de calle, o de marcas no reconocidas en el supermercado.
Ellos no pagarán diariamente transporte público (aunque sí lo utilicen), ni tampoco por vivienda porque Tony la mantiene en obra negra, es decir, la construye en su tiempo libre, pero con los 200 pesos, como en la famosa letra de Chava Flores, su esposa debe adquirir la comida y también considerar los gastos generados por servicios, salud, vestido, telefonía celular y la educación de sus dos hijos, hecho que en la realidad no les permite pensar en viajes, recreaciones o en la adquisición de algunos muebles y electrodomésticos nuevos que aminoren la carga de la vida cotidiana.
Historia del salario mínimo
El 5 de enero de 1934 Abelardo L. Rodríguez, presidente interino de México, fijó el primer salario mínimo de alcance nacional con algunas deficiencias que obligaron a revisar el sistema, lo que impulsó el establecimiento de salarios mínimos por zona económica y no por municipios.
Fue hasta el año de 1963 que se crearon la Comisión Nacional y 111 comisiones regionales de los Salarios Mínimos, en tanto que el primero de enero de 1987, los salarios mínimos fueron fijados por la Comisión Nacional.
Los salarios mínimos vigentes a partir del primero de enero de 2021 se establecieron mediante resolución por el Consejo de representantes de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) el 16 de diciembre del año anterior, siendo publicada en el Diario Oficial de la Federación el día 23 del mismo mes.
Cabe recordar que el año anterior, el salario mínimo fue de 123.22 pesos diarios, mientras que para la zona libre de la frontera norte fue de 185.56 pesos diarios. Este año el salario tuvo un alza del 15 por ciento y será de 141.70 pesos diarios. El incremento es menor al del año anterior, cuando subió un 20 por ciento. Para la zona libre de la frontera norte tendrá el mismo incremento, fijándose en 213.39 pesos diarios.
¿Qué se puede obtener con un salario mínimo?
Pensar en que el pobre lo es porque no se esfuerza es una idea perversa pues con 141 pesos diarios se pueden pagar servicios básicos como el suministro de agua y luz, e incluso la renta, pero además se debe invertir en alimentos y otros insumos considerados dentro de la canasta básica que, en algunos casos, se vuelven inaccesibles para las familias.
Imposible entonces pensar en contratar el internet a pesar de que los menores no han vuelto a los planteles escolares tras la pandemia por el covid-19.
El dilema es entonces cubrir un gasto corriente, permanente, en tanto se consumen en la dieta diaria tortillas, frijoles, sopa de pasta, huevo y café, desplazando de la ingesta diaria algunos alimentos lácteos, las carnes y las frutas.
La pobreza laboral o la subcontratación obliga pues a un desempeño laboral que no permite la obtención de ingresos suficientes para cubrir los costos de alimentación, teniendo en el país cerca de 50 millones de habitantes que no ganan lo que requieren para comprar los alimentos.
En el año de 2017, de acuerdo a la organización “México ¿cómo vamos?” 9.3 millones de personas no accedían a una buena alimentación.
Es por ello que organizaciones como el Movimiento Social por la Tierra establecen que los huertos familiares, en tiempos de crisis económicos y de salud como la que propicia la pandemia por el nuevo coronavirus, pueden y deben ser una alternativa sustentable para las familias de escasos recursos, sin descontar que se garantizan productos agrícolas básicos libres de agrotóxicos.