Por Excélsior
La Prensa
Un líder cristiano en Irlanda del Norte ha afirmado que para muchos jóvenes resulta hoy “más difícil declararse cristiano evangélico en la escuela que identificarse como LGBT”. David Smyth, representante de la Alianza Evangélica de Irlanda del Norte (EANI), compartió esta reflexión durante su testimonio ante el Comité de Educación de Stormont, en el marco de una investigación sobre la enseñanza de la Educación sobre Relaciones y Sexualidad (RSE) en las escuelas de la nación, perteneciente al Reino Unido.
Smyth explicó que, si bien los evangélicos expresan ciertas preocupaciones sobre el contenido de los programas de RSE, el objetivo de su organización no es desatar una “guerra cultural”. Al contrario, aseguró que buscan un enfoque que respete las creencias cristianas sin convertir las escuelas en espacios de conflicto ideológico.
“No pretendemos librar una guerra cultural en la que los niños sean las víctimas”, afirmó Smyth, en declaraciones retomadas por la BBC.
Durante su comparecencia, Smyth señaló que el contenido de algunos programas de RSE genera inquietud entre los padres cristianos, citando ejemplos de materiales usados en Inglaterra y Gales que, según él, son inapropiados para ciertos rangos de edad. Entre los temas mencionados figuran prácticas sexuales peligrosas o ilegales y conceptos sobre género que, según Smyth, “confunden el sexo biológico con la identidad de género”.
“¿Es acaso una blasfemia secular decir que un hombre no puede convertirse biológicamente en mujer?”, preguntó Smyth al comité, aludiendo a lo que describe como una “presión social” para aceptar ciertas ideas sin cuestionarlas. Smyth añadió que, si bien existen puntos de acuerdo en temas como el consentimiento y la prevención de la violencia contra las mujeres, hay áreas sensibles, como el aborto, en las que las posiciones de los cristianos evangélicos son notablemente distintas.
El tema del aborto es uno de los que más genera controversia. Según las nuevas normativas, todas las escuelas postprimarias en Irlanda del Norte deberán enseñar a los estudiantes sobre el acceso al aborto y la prevención del embarazo precoz, una disposición que ha suscitado resistencia entre sectores cristianos.
“Las escuelas públicas no son iglesias”: Smyth defiende un equilibrio en la educación.
El exsecretario de Irlanda del Norte, Chris Heaton-Harris, estableció en 2023 las regulaciones que guían la enseñanza de RSE, y Smyth expresó cierta “desconfianza” hacia una educación en valores que pueda considerarse adoctrinamiento.
“Siento cierta sospecha en algunos sectores de que el espíritu cristiano equivale a adoctrinamiento o lavado de cerebro, tal vez por algunas razones del pasado”, comentó Smyth, quien añadió que “una buena RSE consiste en ayudar a los jóvenes a comprender y pensar bien sobre las relaciones, el sexo, la identidad y cómo esto influye en sus creencias y valores morales”.
Nick Mathison, presidente del Comité de Educación y miembro del partido Alliance, cuestionó a Smyth sobre su temor a que algunos docentes en Irlanda del Norte intenten moldear la mentalidad de los jóvenes en torno a temas de género y aborto. Smyth respondió que su preocupación es que “se enseñen estos temas sin un enfoque ideológico”, y abogó por un espacio donde los estudiantes puedan reflexionar y llegar a sus propias conclusiones.
Además de la participación de Smyth, el comité escuchó el testimonio de expertas como la Dra. Susan Lagdon, de la Universidad de Ulster, quien se refirió a la violencia contra las mujeres en Irlanda del Norte. Lagdon destacó que el “control coercitivo”, un término que describe patrones de abuso psicológico y emocional para someter a una pareja, es un problema grave y aún poco comprendido por la población.
La académica también resaltó la necesidad de que los programas de prevención de la violencia en pareja sean más consistentes en las escuelas de Irlanda del Norte, señalando que muchos jóvenes desconocen los términos y comportamientos asociados a este tipo de abuso. Lagdon añadió que, aunque el control coercitivo ya es un delito específico en Irlanda del Norte, su comprensión y denuncia en el ámbito educativo aún es limitada.
Mientras continúa el debate sobre la RSE en Stormont, crecen las divisiones entre quienes abogan por una educación inclusiva en temas de género y quienes temen que ciertos aspectos de esta educación atenten contra sus creencias religiosas.