Por Hector Garza
En derecho solemos utilizar un término, para referirnos a un comportamiento ejemplar como el de “un buen padre de familia”. Este tecnicismo impone la mejor forma de actuar de una persona, dicha para referirnos por excelencia al cuidado de terceros o de sus pertenencias o también de decisiones que impacten en su futuro; se usa tanto en el derecho civil, como en el administrativo, proviene del derecho romano, y las sagradas escrituras también lo fomentan.
Todos estamos llamados a ser buenos padres de familia, y aunque el vulgo proviene del masculino, aplica para hombres y mujeres, el concepto no hace distinción de sexos, pues en la antigüedad, se valoraba en demasía a un padre de familia que realizaba sus obligaciones con una diligencia excepcional, llena de valores, de disciplina y amor, para con su familia, así, era considerado San José, como un buen padre de familia.
En estos tiempos en los que el debate se encrudece, y nos lleva a pensar que todo lo nuevo es malo y todo lo viejo también, nos debemos de aferrar a los buenos conceptos de la vida, independientemente de la ideología de pensamiento “que nos acomode”, si no, por su esencia positiva, ya que solo de esa manera toma una real importancia en nuestra sociedad.
Este concepto, es el que se ha de poner en practica a la hora de administrar un hogar, un negocio, o un gobierno, o bien tomar decisiones que impacten en la vida de terceros, ya que nuestro actuar en todo momento deberá de ser… “como un buen padre de familia”
Así como un buen padre de familia no le daría a su hijo de comer serpientes en lugar de peces, así un gobierno, jamás deberá de poner en riesgo la economía de un país como sucede ahora con el triángulo amoroso USA-CANADÁ-MÉXICO-CHINA, o el bienestar y la seguridad de una ciudad, debemos ser diligentes en todo, como un buen padre de familia cuida de sus hijos.
La responsabilidad es grande. Cuando no se es un buen padre de familia, se atenta contra lo más sublime que tiene uno en sus manos, la familia. Está, representa el sostén de una sociedad, ¡imagínense ustedes si todos fuéramos malos padres de familia!, tendríamos malos hijos, malos ciudadanos, malos gobiernos, y por tanto, mala calidad de vida.
Como un buen padre de familia debemos de cuidar y educar a nuestros niños, para que sean hombres y mujeres de bien. Esto es parte de un principio del derecho llamado “Interés Superior del Menor” y nos llama a todos y también a las autoridades a ser buenos padres de familia cuando de algún derecho del menor se trate, así como para salvaguardar su dignidad e integridad.
Duele ver como en nuestra ciudad existen, tantos niños descuidados, niños pidiendo ayuda, bebés y pequeñitos viajando en motocicleta, niños en los semáforos, y entre más tarde en llegar la época decembrina, más niños aparecerán en las calles.
Se pide por los de aquí y por los de allá, por los de tal género, se pide por los fetiches de aquella persona o la otra, pero ¿cuándo? Por los derechos de los niños, tanto los que están en desarrollo materno, como los que ya nacieron, ya que en papel todo se lee o escucha bien, pero en la práctica se pudiera rayar en considerarla “Letra Muerta”, seamos entonces consientes, de que lo ideal es ser un “buen padre de familia”, para que podamos tener la convicción de que nuestra familia tendrá un mejor futuro.
Con el cariño de siempre…