Una investigación de 2022 resalta que la cáscara de este fruto se destaca por su alto contenido de antioxidantes, lo que permitiría la producción de aceites vegetales y contribuiría a reemplazar los conservadores sintéticos
La papaya, cuyo nombre científico es Carica papaya, es una fruta tropical conocida tanto por su sabor agradable como por sus beneficios nutricionales. Aunque su pulpa es ampliamente consumida y valorada en la gastronomía, otras partes de la planta, como la cáscara, las semillas y las hojas, suelen ser descartadas como residuos.
Un estudio reciente de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) ha investigado el potencial de la cáscara de papaya y ha revelado que posee compuestos de gran valor, como el ácido cafeico, el ácido ferúlico y el ácido p-cumárico, así como una cantidad significativa de vitamina C. Además, contiene altos niveles de carotenoides, sustancias con propiedades antioxidantes que ayudan a combatir el estrés oxidativo en el organismo.
Una investigación a cargo de la ingeniera agroindustrial, Viviana Andrea Velasco Arango, estudiante del Doctorado en Ciencia y Tecnología de Alimentos de la UNAL Sede Palmira, explica que estos compuestos no solo benefician la salud humana, sino que también ofrecen un gran potencial para su aplicación en la industria alimentaria como ingredientes naturales para la conservación de alimentos y la formulación de productos saludables.
La cáscara de papaya como conservante natural
Según la investigadora, los compuestos fenólicos de la cáscara de papaya tienen un gran potencial antioxidante y son seguros para el consumo humano. Estos compuestos, que se encuentran en las hojas, los tallos y la cáscara de la papaya, son producidos naturalmente por la planta como una respuesta de defensa ante condiciones de estrés, como altas temperaturas, sequías o falta de nutrientes en el suelo.
Además, aprovechar estos compuestos en lugar de descartarlos como residuos ofrece una forma efectiva de reducir el impacto ambiental. La cáscara de papaya, en particular, suele desecharse como residuo orgánico, lo que genera contaminación en suelos y aguas, además de aumentar la huella de carbono.
El proyecto busca transformar este residuo en un subproducto de valor, reincorporándolo en la cadena alimentaria dentro del enfoque de economía circular, donde cada residuo se aprovecha en el ciclo productivo. Los compuestos fenólicos extraídos podrían aplicarse a productos como margarinas, carnes y alimentos procesados para prolongar su frescura y evitar que se pongan rancios, aportando así a la sostenibilidad y a la innovación en la industria alimentaria.
El siguiente paso en la investigación fue implementar técnicas experimentales avanzadas, como la espectrofotometría y la cromatografía líquida, para analizar los compuestos presentes en la cáscara de papaya. La espectrofotometría permite medir la cantidad de luz absorbida por una sustancia, lo que ayuda a cuantificar los compuestos activos, mientras que la cromatografía líquida se utiliza para separar y analizar cada componente de la muestra.
Utilizando estas metodologías, la investigadora realizó la extracción del total de compuestos fenólicos presentes en la cáscara de papaya y midió su capacidad de absorbencia, lo que permitió hacer una cuantificación precisa de estos antioxidantes.
En una fase posterior del proyecto, la estudiante de doctorado espera confirmar la efectividad antioxidante del extracto. Si los resultados son positivos, se plantea la posibilidad de escalar esta aplicación en la industria alimentaria nacional, incorporando el extracto como conservante natural en productos comerciales.
Beneficios de los residuos agrícolas de papaya
La cáscara de papaya, en particular, ha mostrado una serie de propiedades antioxidantes, antimicrobianas y antiinflamatorias. De acuerdo con un artículo de la Red de Estudios Moleculares Avanzados del INECOL, los residuos de la papaya pueden tener un impacto positivo en la salud humana.
- Antiinflamatorio: las hojas de la planta de papaya contiene compuestos como papaína y quimopapaína, que pueden ayudar a disminuir infecciones inflamatorias como la artritis y las alergias.
- Mejora la salud digestiva: las semillas del fruto, a menudo desechadas, son reconocidas por su potencial para promover la salud digestiva. Son ricas en enzimas como la papaína y la quimopapaína, que pueden ayudar a la descomposición de proteínas y facilitar la digestión. Además de tener propiedades antimicrobianas y antiparasitarias, ideales para combatir infecciones intestinales.
- Propiedades inmunoestimulantes: la cáscara es rica en ácido ascórbico (vitamina C), esencial para fortalecer el sistema inmunológico. Investigaciones indican que el extracto tiene efectos inmunomoduladores, lo que sugiere su potencial para mejorar las defensas del organismo y proteger contra infecciones.
- Mejora la salud de la piel: la piel de la fruta contiene enzimas y compuestos naturales que ayudan a reducir los signos del envejecimiento y a mejorar el tono de la piel. El extracto de cáscara de papaya puede mejorar la elasticidad de la piel y disminuir la aparición de arrugas, lo que sugiere que podría usarse en productos de belleza y cuidado facial como un ingrediente natural y efectivo.
POR: INFOBAE