Profeco revela qué marcas no cumplen con los estándares y contienen almidón y grasas vegetales. Te contamos cuáles son.
Si eres amante del queso amarillo y lo consumes regularmente, es importante que revises bien las etiquetas. La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha lanzado una alerta sobre varios productos etiquetados como queso amarillo que en realidad no cumplen con los requisitos para llevar ese nombre.
Un reciente estudio de calidad reveló que algunas marcas añaden almidón, grasas vegetales y agua, convirtiéndolos en imitaciones, no en queso auténtico.
¿Qué debe tener un queso amarillo genuino?
El queso amarillo auténtico se elabora con leche o derivados lácteos y se obtiene a partir de quesos madurados, como el cheddar o gouda, que se funden junto con sales fundentes, leche y algunos aditivos.
Este proceso es el que le da su sabor y textura característicos, ideales para usar en sándwiches, hamburguesas o quesadillas.
Las imitaciones de queso amarillo tienen una composición diferente, estas incluyen agua, almidón, grasas vegetales y caseinatos, derivados de la leche, pero con un contenido lácteo mucho más bajo.
Aunque visualmente puedan parecerse al queso real, su sabor y valor nutricional son muy distintos.
¿Qué queso amarillo NO es realmente queso?
Según un estudio realizado por Profeco, una de las marcas más populares, Nutri, no cumple con los requisitos para ser considerado queso amarillo. El análisis reveló que este producto es una mezcla de grasas vegetales y leche, lo que lo convierte en una simple imitación.
La Profeco subrayó que el etiquetado del producto Nutri presenta información engañosa. Aunque declara contener 15% de grasa, el análisis reveló que la cantidad real es de 19.2%, además de que incluye almidón y 53.2% de agua.
Esto significa que más de la mitad de su composición no tiene relación con la leche, ingrediente fundamental del queso amarillo auténtico.
Consejos para elegir un buen queso
- Lee la etiqueta: Asegúrate de que el primer ingrediente sea leche o derivados lácteos.
- Evita el almidón: Si aparece en la lista, es señal de que no es un queso auténtico.
- Revisa el sodio: Las imitaciones suelen tener niveles altos de sal.
- Prefiere la calidad al precio: Aunque las imitaciones pueden ser más baratas, a largo plazo, optar por productos de calidad es más beneficioso para tu salud.