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Marco Rubio, elegido por Donald Trump como futuro jefe de la diplomacia estadounidense, aseguró este miércoles que la posibilidad de una «acción militar» en México, para combatir a los cárteles, es «una opción» a la mano del próximo presidente de Estados Unidos.
Cuestionado sobre si habrá una «acción militar» al sur del Río Bravo, el próximo secretario de Estado aseguró que se buscará trabajar en cooperación con México, pero también señaló que los cárteles representan una amenaza que habrá que combatir.
Los carteles «tienen básicamente el control operativo sobre enormes extensiones de las regiones fronterizas entre México y Estados Unidos. Es simplemente un hecho desafortunado, y es uno que vamos a tener que enfrentar con nuestros socios en México», señaló Rubio durante una audiencia en el Senado para confirmarlo en el cargo.
Rubio calificó de «herramienta imperfecta» la posibilidad de designar a los carteles como organizaciones terroristas extranjeras, pero no lo descartó.
«Ya sea esta la herramienta que usemos, que tal vez sea la adecuada, o alguna nueva que se nos ocurra, es importante para nosotros no solo perseguir a estos grupos, sino identificarlos y llamarlos por lo que son, y eso es terroristas (…) porque están aterrorizando a Estados Unidos con la migración masiva y el flujo de drogas», afirmó.
Sobre la posibilidad de que Trump use al ejército contra los carteles, como ha amenazado con hacer, Rubio dijo: «Es una opción que el presidente tiene a su disposición».
«Mi preferencia desde la perspectiva del Departamento de Estado sería que los mexicanos cooperaran en este asunto, porque está impactando a su nación tanto como a la nuestra, estos grupos sofisticados, estas organizaciones criminales, no solo amenazan a Estados Unidos, amenazan la política mexicana», afirmó y recordó que han asesinado a periodistas y políticos.
A ambos países les interesa trabajar «en cooperación para desmantelar estos grupos y no permitir que continúen el reinado del terror».
Estas organizaciones «están amenazando la soberanía y la seguridad del Estado mexicano», declaró.
En general el futuro jefe de la diplomacia ve «tres áreas de fricción» con México: «el comercio y las violaciones de los acuerdos comerciales», controlar «el problema migratorio en la frontera» y «la violencia» de los grupos transnacionales.
Trump ha amenazado a México y Canadá, sus socios en el tratado de libre comercio T-MEC, con aranceles muy altos hasta que tomen medidas contra el tráfico de fentanilo y los cruces fronterizos ilegales en cuanto asuma el cargo el próximo 20 de enero.
El republicano de 78 años abrió otro frente diciendo que le gustaría cambiar el nombre del Golfo de México por el de «Golfo de América».
«¿Por qué no le llamamos América Mexicana (a Estados Unidos)?, ¿se oye bonito, no?», replicó la presidenta mexicana.
Marco Rubio acusa a China de «hacer trampa» al convertirse en superpotencia
Marco Rubio, el hijo de migrantes cubanos elegido por Donald Trump como jefe de la diplomacia de su futuro gabinete, dijo que China hizo trampa para alcanzar el estatus de superpotencia y el «orden mundial liberal» se ha convertido en un arma usada contra Estados Unidos.
Rubio se somete este miércoles a un examen de sus colegas senadores en una audiencia para confirmarlo en el cargo, que se anuncia sin contratiempos y lo convertiría en el primer hispano al frente del Departamento de Estado.
Rubio apuntó a China, a la que el presidente saliente demócrata Joe Biden también considera un país rival.
El halcón rechazó uno de los principios clave de Biden: priorizar un «orden mundial liberal» basado en reglas y liderado por Estados Unidos. Defendió, por el contrario, el lema de Trump «Estados Unidos primero».
«El orden global de la posguerra no solo está obsoleto, ahora es un arma que se utiliza contra nosotros», dijo durante un discurso interrumpido varias veces por manifestantes. «Hemos recibido al Partido Comunista Chino en este orden mundial. Y aprovecharon todos sus beneficios. Pero ignoraron todas sus obligaciones y responsabilidades», añadió.
«Han mentido, engañado, hackeado y robado para alcanzar el estatus de superpotencia global, a nuestra costa», expuso el republicano, que también arremeterá contra Rusia, Irán y Corea del Norte.
«Dictadores» y «caos»
En «Moscú, Teherán y Pyongyang, los dictadores siembran caos e inestabilidad», afirmó.
Rubio, quien habla español con fluidez, abogó por centrar la política exterior estadunidense en decisiones que contribuyan a que Estados Unidos sea más seguro, fuerte y próspero.
«Mientras Estados Unidos continuó priorizando el ‘orden global’ por encima de nuestros intereses nacionales fundamentales con demasiada frecuencia, otras naciones siguieron actuando como los países siempre han hecho y siempre lo harán», en base a «lo que más les beneficia», sostuvo Rubio.
Su comparecencia tiene lugar un día después de que Biden decidiera retirar a Cuba de la lista de países que patrocinan el terrorismo para propiciar la liberación de manifestantes encarcelados en la isla.
Lo anunció casi exactamente cuatro años después de que Trump, al dejar el cargo, volviera a incluir a Cuba en la lista negra.
Rubio, cuyos padres migraron de Cuba antes de la revolución de Fidel Castro en 1959 y se opusieron a los comunistas, ha abogado durante años por una acción contundente contra Cuba, Venezuela y Nicaragua.
En las Américas «narcoterroristas y dictadores y déspotas se aprovechan de las fronteras abiertas para impulsar la migración masiva, para traficar con mujeres y niños e inundar nuestras comunidades con fentanilo» y «criminales violentos», afirmó.
Senador durante tres mandatos, es apreciado por sus colegas y muy conocido entre los hispanos.
En 2016 fue rival de Trump en las primarias republicanas.
Por aquel entonces la relación entre ambos era execrable. Dijo de Trump que tenía las «manos pequeñas» y le llamó «estafador». El magnate también se burlaba de él, con el apodo de «pequeño Marco».
Pero con el tiempo han pasado de enemigos a aliados.