Ex comisariado ejidal expresa que esta comunidad decidió regalarle un terreno, por el gran legado que dejó el historiador a las familias, quienes terminaron por adoptarlo
Luis Ángel Estrada
La Prensa
CASTAÑOS, COAHUILA.- «Él pidió quedarse aquí, en Palo Blanco, que aquí lo velaran y aquí lo enterraran. Es una distinción muy grande que haya querido permanecer entre nosotros. Decía que le vendiéramos un espacio de tierra en el panteón, pero le dijimos que no se lo íbamos a vender, que se lo regalábamos porque se lo merece por todo el legado que nos dejó», expresó con emoción Baldemar De la Torre Carrillo.
De la Torre Carrillo recordó con nostalgia cómo conoció al historiador Lucas Martínez hace 15 años, cuando él fungía como Comisariado Ejidal. En aquel entonces, Baldemar tenía el sueño de escribir un libro que narrara la historia del ejido. La oportunidad se presentó cuando Lucas llegó a Palo Blanco y, al escuchar sobre la idea, no dudó en ofrecer su ayuda. De esa colaboración nació el libro «Orígenes de una Comunidad», una obra que no solo preserva la historia del lugar, sino que también incluye un corrido dedicado a este pintoresco sitio. El material incluso está disponible en plataformas como YouTube y Google.
Después de esa experiencia, la relación entre Lucas Martínez y la comunidad se fortaleció. Cada 9 de septiembre, durante las celebraciones del aniversario del ejido, el historiador acudía puntualmente. Estas festividades incluyen un recorrido por las calles, una misa y un tradicional rodeo-baile.
«Lucas nos apoyó muchísimo en cuestiones históricas, asegurándose de que el ejido tuviera todos sus archivos completos. Además, era una persona muy jovial, amable y humilde. Siempre buscaba cooperar. Su partida duele mucho», concluyó Baldemar, visiblemente conmovido.
El legado de Lucas Martínez permanecerá vivo en las páginas de la historia de Palo Blanco y en el corazón de quienes tuvieron la fortuna de conocerlo.