Hiram Martínez entendió por qué su hermano pidió ser sepultado en el ejido Palo Blanco, cuando palpó el profundo cariño que le tienen los habitantes de esta comunidad
Luis Ángel Estrada
La Prensa
«Es un momento difícil para nuestra familia, especialmente porque es el primer hermano de los siete que somos en adelantarse en el camino. Compartimos su vida, sus momentos buenos y también los difíciles. Mi hermano Lucas vivió con nosotros en Mexicali, donde radicamos actualmente», expresó Hiram, hermano del fallecido historiador Lucas Martínez Sánchez.
Hiram destacó la gran satisfacción que siente al ver el cariño que la gente tenía por su hermano. Confesó que en un principio no entendía por qué Lucas había elegido ser sepultado en el ejido Palo Blanco, pero al llegar al lugar donde fue velado, todo cobró sentido. «Los habitantes se acercaban para decirme que gracias a mi hermano tienen identidad, que él les hizo un libro, un corrido, y que los puso en el mapa», relató emocionado.
El vínculo entre los hermanos se reflejaba en los detalles. «Cuando mi hermano terminaba un libro, me lo mandaba a Mexicali orgulloso de haberlo acabado, o yo venía y me entregaba una buena dotación de sus obras», recordó Hiram con una sonrisa nostálgica.
Escuchar a historiadores y colegas hablar con tanto respeto y admiración sobre Lucas Martínez le dejó una gran satisfacción. «Es bonito ver cómo lo describen, saber que deja un legado que será recordado por generaciones», comentó.
Aunque el trayecto para llegar al funeral fue complicado por la distancia y los trámites necesarios, Hiram y su familia lograron despedirse de quien describió como un gran personaje. «Fue difícil, pero estuvimos ahí para darle el último adiós. Mi hermano deja un vacío, pero también una herencia cultural invaluable que vivirá en sus libros y en los corazones de quienes lo conocieron», concluyó.