“Cuando avisé a mi madre que papá había muerto, vi como la luz en sus ojos se apagó y solo me dijo: tráelo a casa” recuerda el hijo del minero, quien también lleva su nombre
Karla Cortez
La Prensa
NUEVA ROSITA, COAHUILA
Guillermo Iglesias Ramos, uno de los mineros identificados tras ser rescatados de la mina Pasta de Conchos, tenía 58 años al momento de la tragedia. Era un operador líder de cuadrilla, reconocido por ser uno de los mineros más experimentados. El 19 de febrero de 2006, el día del siniestro, desempeñaba su labor en las áreas afectadas, donde su vida quedó atrapada bajo los escombros de la mina.
Sus restos, recuperados el pasado 4 de diciembre a las 20:36 horas, serán depositados junto al amor de su vida, su esposa Martha López, cumpliendo con un anhelo largamente esperado por su familia.
«Tráelo a casa»: una promesa cumplida
Guillermo Iglesias López, hijo del minero, recordó el doloroso momento en que comunicó a su madre la noticia de la tragedia. «Cuando le dije que mi papá había muerto, vi cómo la luz de sus ojos se apagó. Ella solo me pidió que lo trajera a casa», expresó conmovido.
Desde entonces, esa petición se convirtió en un compromiso inquebrantable. Durante 19 años, la familia se mantuvo firme en la lucha por recuperar a Guillermo, enfrentando obstáculos y liderando esfuerzos junto con especialistas para demostrar que el rescate era posible.
Finalmente, el regreso de Don Guillermo a su hogar es un alivio y una victoria para su familia. Sin embargo, su hijo asegura que no descansarán hasta que el último minero atrapado sea recuperado.
El amor y las anécdotas que dejan huella
Guillermo Iglesias Ramos dedicó 23 años de su vida al trabajo en la mina, siendo uno de los empleados más antiguos y comprometidos de Industrial Minera México, en la Mina 7. Su esposa, Martha, lo esperaba cada día con la esperanza de volver a verlo.
Su hijo compartió una de las anécdotas que mejor reflejan la vida minera: «Mi papá solía decir que al llegar a la mina, no sabías si regresarías a casa, por eso todos llegaban lonchando, pero si llegabas con el lonche, la esposa se enojaba, son historias que todos los mineros conocen, saben de lo que hablo», recordó.
Un adiós con honor
La familia Iglesias López presentía que los restos recuperados en diciembre podían ser los de Don Guillermo, una intuición que se confirmó para cerrar este capítulo de su historia. Hoy, su familia se prepara para darle el descanso eterno que merece, mientras sigue recordándolo como un ejemplo de amor, dedicación y valentía.