Alcoa, el mayor productor estadounidense de aluminio, advirtió de los potenciales efectos negativos en la industria de la entrada en vigor de los aranceles anunciados por la Administración Trump, que podrían llegar a destruir hasta 100,000 puestos de trabajo en Estados Unidos entre empleos directos e indirectos.
«Es malo para la industria del aluminio en Estados Unidos, es malo para los trabajadores estadounidenses», lamentó el consejero delegado de Alcoa, Bill Oplinger, durante su intervención en una conferencia sobre minerales y metales, donde apuntó que la empresa está intercediendo ante Trump para, «como mínimo, obtener una exención canadiense» que permita que dos tercios del metal que se consume en EU continúen cruzando la frontera sin aranceles.
El ejecutivo de Alcoa subrayó que «aún está por determinar si (los aranceles) realmente entrarán en vigor», aunque la compañía asume que habrá algún tipo de sistema arancelario acumulado para el metal que llegue de Canadá, desde donde Estados Unidos importa 2.8 millones de toneladas métricas de los 4 millones de toneladas métricas que adquiere en el exterior.
En este sentido, Oplinger advirtió de que podrían entrar en vigor dos estructuras arancelarias, incluyendo los aranceles sobre todas las importaciones desde Canadá y México, que en el caso de minerales críticos supondrían un gravamen del 10%, además de una segunda estructura con un arancel del 25% relacionado con los productos de acero y aluminio de todo el mundo, lo que resultaría en un arancel acumulado del 35% al aluminio procedente de Canadá.
«Creemos que es un resultado particularmente malo», resumió el CEO de Alcoa, para quien tiene muy poco sentido si hay un arancel diferencial entre Canadá y el resto del mundo.
«Destruirá alrededor de 20,000 empleos directos en industrias de aluminio estadounidenses y podría resultar en la eliminación de 80.000 empleos indirectos en los EU, por lo que consideramos que es malo para los EU», ha añadido.
Asimismo, en cuanto a la opción de recurrir a la capacidad ociosa de Alcoa en EU, el ejecutivo recordó que se trata de «una capacidad muy antigua, muy ineficiente, que no se ha utilizado en varios años», por lo que será necesario «hacer los cálculos» para ver si existe la oportunidad de reiniciar dicha capacidad, «pero primero tenemos que determinar compararlo con cuánto tiempo creemos que podrían estar vigentes los aranceles.
«Uno de los problemas en torno a la incertidumbre de los aranceles es que es muy difícil tomar una decisión de inversión, incluso en algo como un reinicio, sin saber cuánto tiempo durarán los aranceles», explicó.
Por El Economista