Durante días escucharon los llamados de auxilio provenientes de la vivienda donde la mujer vivía rodeada de adictos
Fabiola Sánchez
LA PRENSA
Vecinos de la avenida Oriente habían advertido a la familia de Juanita Delgado Juárez sobre el peligro al que estaba expuesta, durante días escucharon gritos de auxilio provenientes de la vivienda donde la mujer de 55 años residía, lamentablemente rodeada de personas adictas.
Juanita era conocida en la colonia por su puntualidad: cada mañana acudía a un pequeño restaurante del sector por una gordita, la cual llevaba a un hombre discapacitado con quien compartía vivienda.
“Era parte de nuestra rutina, pero en las últimas semanas todo cambió: venía sucia, triste, desorientada, se veía mal”, relató la encargada del local.
Los vecinos, que por seguridad han solicitado el anonimato, aseguran que las señales de alarma estaban ahí, la mujer tenía problemas de alcoholismo, y el lugar en el que vivía se había convertido en punto de reunión de personas en situación de consumo.
“Gritaba que la dejaran, que la soltaran, se escuchaba desde la calle, todos lo oímos, pero nadie hizo nada, ella pedía auxilio a veces”, lamentó una vecina.
Comentan que, su hermana la buscó días antes del hallazgo y una vecina le pidió que hiciera algo por ella, le hizo de conocimiento la situación en la que la habían visto últimamente, con la esperanza de que la familia actuara y evitara esta desgracia.
“Le dije que la internara, que la ayudara, porque ya se veía muy mal, pero ya no regresó”, relató otra vecina, visiblemente afectada.
La vivienda donde ocurrió todo, según vecinos, ya había sido señalada como un sitio de riesgo, mismo que hoy permanece acordonada por las autoridades, para los residentes de la zona, la muerte de Juanita no fue una sorpresa, sino una tragedia anunciada.
Exhortaron a las autoridades competente que ese domicilio debería ser clausurado definitivamente o constantemente monitoreado para evitar que los adictos sigan viendo el lugar como un refugio.