Recrean doloroso camino a la cruz y crucifixión de Jesús, en Viacrucis Viviente que reunió a unos 50 actores y cantantes y cientos de fieles católicos
Por Iván Villarreal
La Prensa
Aproximadamente mil personas se dieron cita para ser testigos del “Viacrucis Viviente” en Monclova, que por primera vez unió a la parroquia de Santiago Apóstol y al Santuario de Guadalupe. Participaron 50 actores y cantantes, además de 50 personas entre staff y colaboradores, sumando un total de 100 personas que dieron vida a esta representación masiva.
La fe, la devoción y la unidad se hicieron sentir durante el viacrucis, que logró reunir a muchos más creyentes que en años anteriores. Acompañados de sus familias, los asistentes presenciaron la representación de la pasión y muerte de Jesucristo.
Desde las 8 de la mañana, los monclovenses comenzaron a congregarse en la Plaza del Magisterio, donde el vicario Néstor Martínez, de la parroquia de Santiago Apóstol, y el párroco Héctor Raciel, del Santuario de Guadalupe, dieron la bienvenida.
“En este Año Jubilar, el Papa Francisco nos propone vivir el aniversario de la encarnación del Hijo de Dios, recordándonos que somos peregrinos de esperanza y llamándonos a caminar juntos como hermanos”, expresó el padre Héctor Raciel.
Por su parte, el vicario Néstor Martínez oró diciendo: “Señor, tú ves la enorme necesidad que tenemos de ti y queremos, en este viacrucis, recibir el don de la humildad y del arrepentimiento. Te pedimos que vengas a cada uno de los corazones presentes”.
El Juicio contra Jesús
La representación comenzó con el juicio de Jesús frente a Poncio Pilato y Herodes, quienes, tras mandarlo azotar y lavarse las manos, lo sentenciaron a muerte, obligándolo a cargar su cruz.
El recorrido inició en la Plaza del Magisterio y continuó por el bulevar Madero hasta el Cristo de la Loma de la Bartola, donde se representaron las 14 estaciones. Cada escena estuvo cargada de simbolismo, emoción y reflexión para los asistentes, quienes acompañaron el camino junto a Jesús.
Estaciones de enseñanza en el Viacrucis Viviente
Entre las estaciones más emotivas destacó el encuentro de Jesús con su madre María, que conmovió profundamente a los presentes al mostrar el sufrimiento de una madre. También sobresalieron la estación de la ayuda fraterna, cuando Simón de Cirene ayuda a Jesús con la cruz; la estación de la revelación, en la que Verónica limpia el rostro de Jesús; y el consuelo de las mujeres de Jerusalén. Las tres caídas simbolizaron la importancia de levantarnos ante la adversidad. Todo esto se desarrolló a lo largo de un recorrido de aproximadamente 1.5 kilómetros.
El dolor y el amor de Cristo
Al llegar al pie del Cristo de la Loma de la Bartola, las últimas cinco estaciones transmitieron, a través del dolor, el amor de Cristo por la humanidad: el despojo de sus vestiduras, su crucifixión y el perdón otorgado a sus verdugos antes de morir.
Una de las escenas más conmovedoras fue cuando descendieron el cuerpo de Jesús hasta el regazo de su madre María, quien, tras llorar desconsolada, entonó una canción que arrancó más de una lágrima entre los asistentes. Finalmente, el cuerpo fue llevado al sepulcro, concluyendo así la representación.
Al final del acto, el vicario Néstor Martínez y el párroco Héctor Raciel agradecieron a quienes hicieron posible el Viacrucis Viviente 2025 de Monclova, y bendijeron a todos los presentes.
La manifestación de la fe
“Hemos recorrido las calles de la ciudad en un ambiente profundamente religioso. En cada estación, nos adentramos en el camino de Jesús, que nos recuerda cómo entregó su vida por nosotros hasta llegar a la crucifixión. Cada uno de nosotros ha sido llamado a renovar su compromiso de seguir a Cristo. Ha sido para ambas parroquias un momento de encuentro, de fe compartida, y de caminar unidos en la esperanza”, concluyó el padre Néstor Martínez, vicario de la Diócesis de Saltillo.
Con esta manifestación de fe, Monclova no solo revive la Pasión de Cristo, sino también el espíritu de comunidad, reflexión y esperanza que une a sus fieles más allá de las palabras, en un acto vivo de amor y entrega.