Nuevos indicios renuevan esperanzas de las familias
A 19 años de la tragedia que sacudió a la Región Carbonífera, los trabajos siguen en marcha para rescatar a los trabajadores y darles un cierre digno
Karla Cortez
LA PRENSA
SAN JUAN DE SABINAS, COAHUILA.- Durante la reciente reunión celebrada con las familias de los mineros de Pasta de Conchos, el director general de Concertación de la STPS, Carlos Brito, dio a conocer los avances en la operación de rescate que sigue adelante tras casi dos décadas del trágico accidente. En total, hasta la fecha se han logrado recuperar 13 cuerpos de los 65 mineros que quedaron atrapados en la mina tras un colapso masivo en 2006. De estos, 12 ya han sido entregados a las familias para su entierro, mientras que el número 13 se espera que sea entregado en los próximos meses, entre abril y mayo de este año.
Brito detalló que las tareas de recuperación avanzan principalmente en tres puntos claves: dos lumbreras y las rampas de rescate. En cuanto a las lumbreras, las labores han permitido realizar avances significativos. En particular, la rampa PST2 ha alcanzado un avance de más de 40 metros, un progreso que fue posible gracias al trabajo constante del equipo, que continuó incluso durante el período de Semana Santa. Las operaciones han sido complejas, pero la dedicación del personal ha permitido avanzar con rapidez en algunos frentes, lo que optimiza los tiempos de rescate.
En lo que respecta a las rampas, se está trabajando en las zonas de mayor riesgo, donde las condiciones de seguridad son particularmente difíciles debido a la presencia constante de gas y agua, dos factores que complican considerablemente la tarea. A pesar de estos obstáculos, las autoridades aseguran que los esfuerzos no cesarán hasta lograr la recuperación de todos los restos posibles.
Un aspecto clave que se destacó en la reunión fue el hallazgo de nuevos indicios biológicos y no biológicos durante las excavaciones en los frentes de trabajo. Entre los restos encontrados se han identificado objetos personales como cascos y otros artículos de trabajo, que ahora están siendo analizados para confirmar su relación con los mineros desaparecidos. Además, los hallazgos biológicos incluyen restos humanos, que, como en las ocasiones anteriores, deben ser sometidos a análisis forenses y genéticos para determinar su identidad.
Carlos Brito explicó que los objetos encontrados no se han confirmado oficialmente como relacionados con las víctimas, ya que se están sometiendo a un proceso riguroso de análisis por parte de la Fiscalía General de la República (FGR). Esto incluye el análisis de cascos y otros elementos que podrían haber pertenecido a los mineros, aunque no se descartó que se puedan encontrar otros objetos relevantes conforme avancen las excavaciones.
El proceso de identificación de los restos es una de las tareas más complejas de la operación, dado que se debe garantizar un porcentaje de certeza superior al 99% para asegurar la correcta identificación de los cuerpos. Este análisis es realizado tanto por IMEGEN como por la FGR, dos laboratorios especializados en pruebas genéticas, lo que otorga una mayor confiabilidad al proceso.
Uno de los aspectos más complicados de la operación es el ambiente de trabajo en la mina, que presenta riesgos constantes debido a la presencia de gas en la atmósfera y las condiciones de humedad. Las rampas de rescate son lugares de alto riesgo, ya que, además de las posibles filtraciones de agua, el gas que se acumula en ciertos puntos podría generar explosiones o asfixia.
Brito indicó que, a pesar de estos desafíos, los trabajadores siguen operando en un entorno donde se han implementado medidas estrictas de seguridad, incluyendo filtros especiales para el tratamiento del agua y equipos de protección personal de alta resistencia. El trabajo en este sitio no se puede considerar una actividad minera común, ya que el objetivo principal es recuperar los restos humanos, lo que requiere una labor minuciosa y constante.
El gobierno federal también ha revelado sus planes para ampliar las áreas de búsqueda en la mina. A partir de este año, se iniciará la exploración de nuevas zonas en el terreno, lo que llevará a un total de cinco áreas de rescate activas. Estas nuevas zonas fueron cuidadosamente seleccionadas en base a los análisis previos del terreno y los informes técnicos, lo que permitirá optimizar los esfuerzos y aumentar las probabilidades de encontrar más restos.
La ampliación de la zona de búsqueda también responde a las demandas de las familias, que continúan exigiendo que se tomen todas las medidas posibles para recuperar a sus seres queridos. Las familias han mostrado un apoyo constante al proceso y se mantienen informadas de los avances, participando activamente en las decisiones relacionadas con los frentes de búsqueda.
Uno de los puntos más importantes abordados durante la reunión fue la garantía de transparencia en todo el proceso. Las autoridades subrayaron que los resultados de las pruebas de ADN y las identificaciones de los cuerpos serán compartidos de manera directa y detallada con las familias, quienes recibirán notificaciones personalizadas sobre los avances en la identificación de los restos.
El proceso de identificación continuará siendo extremadamente cuidadoso, con el objetivo de alcanzar una certeza superior al 99% en cada caso. De esta manera, se busca evitar confusiones y asegurar que los restos sean entregados correctamente a los familiares de los mineros. Las autoridades también han señalado que, debido a la complejidad de las pruebas genéticas, este proceso tomará el tiempo necesario para garantizar la precisión y fiabilidad de los resultados.
A pesar de los avances logrados hasta el momento, el proceso de recuperación de los restos de los mineros de Pasta de Conchos continúa siendo un desafío significativo. Los trabajos se desarrollan en condiciones extremas, pero las autoridades se mantienen comprometidas con la misión de recuperar los cuerpos de todos los mineros que perdieron la vida en 2006. Las familias siguen esperando respuestas y, aunque el camino es largo, se mantiene la esperanza de que, con el tiempo, se logren identificar y recuperar todos los restos.