Justo encima donde fueron sepultados los restos de su Santidad, las nubes que impedían el paso de los rayos del sol, abrieron un hueco dejando ver una iluminación como si fuera el Paraíso recibiendo al Santo Padre.
Justo encima donde fueron sepultados los restos de su Santidad, las nubes que impedían el paso de los rayos del sol, abrieron un hueco dejando ver una iluminación como si fuera el Paraíso recibiendo al Santo Padre.
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