Su poder antiinflamatorio la convierte en un gran remedio natural para el dolor, los problemas digestivos o el envejecimiento Y sin efectos secundarios.
La inflamación, una epidemia muy actual, causa la degeneración de nuestras células. De ahí la importancia de seguir una alimentación y un estilo de vida antiinflamatorios.
La cúrcuma (Curcuma longa), una raíz de la familia del jengibre, nos puede ayudar con su poder antiinflamatorio. Su color amarillo anaranjado se lo debe a la curcumina, el fitoquímico que le otorga esa acción antiinflamatoria, pero también antioxidante y estabilizadora de los niveles de azúcar en sangre.
Más de 9.000 estudios clínicos han analizado sus beneficios, y hasta hoy todos sostienen sus resultados positivos. Además, contiene vitaminas como la C, la B6 y la B3, hierro, zinc, selenio y manganeso.
La cúrcuma es muy apreciada por sus múltiples efectos saludables. Pero es muy importante acompañarla de pimienta negra. Gracias a la piperina, su compuesto picante, aumenta la absorción de la cúrcuma alrededor del 158%.
Puedes obtener curcumina en dosis altas, concentradas y de forma práctica a través de cápsulas.
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