Al no tener llaves, vecina de colonia Ciudadela intentó saltar su barda, pero un barrote con punta se incrustó en su cuerpo; Bomberos y paramédicos acudieron al rescate
Por: Liz de la Fuente
LA PRENSA
Una familia de Parras vivió momentos de tensión la semana pasada cuando una de sus integrantes la señora Alejandrina, de 57 años y vecina de la colonia Ciudadela, protagonizó un insólito y doloroso accidente. Al encontrarse imposibilitada para ingresar a su domicilio en la calle Nieves de Madero, al no portar sus llaves, la desesperada mujer tomó la arriesgada decisión de intentar saltar la reja metálica de su propiedad.
La imprudente maniobra tuvo consecuencias escalofriantes. Los afilados barrotes con punta de acero de la barda se convirtieron en una trampa para la señora Alejandrina, quien, al resbalar desde lo alto, sintió el punzante acero incrustarse en su glúteo derecho, dejándola atrapada y sumida en un mar de dolor.
El angustioso llamado de auxilio no tardó en alertar a las autoridades. Elementos de la Agencia de Investigación Criminal del Estado, bajo el mando de Juan Carlos Torres, fueron los primeros en arribar al lugar de los hechos. La escena que encontraron era desgarradora: la mujer, visiblemente agotada y con una herida sangrante, permanecía inmovilizada por el metal.
En una muestra de coordinación y profesionalismo, se sumaron al operativo elementos de Protección Civil, valientes rescatistas del cuerpo de Bomberos y otras corporaciones de seguridad y apoyo.
Trabajando en equipo y con extrema precaución, lograron liberar a la señora Alejandrina, extrayendo cuidadosamente el barrote de acero que la mantenía cautiva.
Tras el delicado rescate, paramédicos de la Cruz Roja brindaron los primeros auxilios y trasladaron a la lesionada al Centro de Salud local. A pesar de la impactante herida, el estado de salud de la señora Moreno se reportó como estable, aunque permaneció bajo observación médica debido al fuerte susto sufrido.
Afortunadamente, la pericia (o quizás la suerte) evitó que las demás puntas de la reja se ensartaran en el cuerpo de la infortunada mujer.
Este peculiar incidente sirve como un dramático recordatorio de los peligros de intentar acciones improvisadas ante la imposibilidad de acceder a una propiedad.