Caso de inmigrante es emblemático de esta nueva embestida
Alfredo, quien ha conseguido mejoras laborales y salariales para los que, igual que él, trabajan en el campo, fue arrestado con violencia por el ICE
Por Luis Daniel Nava/Proceso
La Prensa
CHILPANCINGO, GRO.– En 2011 la pobreza expulsó hacia Estados Unidos a Alfredo Juárez Zeferino y su familia de su tierra natal Santa Cruz Yucucani, comunidad del municipio de Tlachoachistlahuaca, en la Costa Chica de Guerrero.
La familia llegó hasta los campos de mora y frambuesa de Sakuma Brothers Farms, filial de la empresa Driscoll, en el noroeste de Washington. Alfredo, conocido como Lelo, tenía 11 años; durante los siguientes 14 se forjó como líder y defensor de los derechos laborales de agricultores en el estado de Washington.
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En marzo último fue arrestado de manera violenta por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) y llevado al Centro de Detención de Noreste de Washington (NWDC, por sus siglas en inglés) en Tacoma, con el argumento de una infracción vial cometida en su adolescencia, cuando incluso ganó una demanda por discriminación racial.
Mientras enfrenta un proceso de deportación, vive hacinado junto a mil 500 trabajadores migrantes de todo el mundo, resultado de la política del presidente Donald Trump.
Entre los migrantes exicanos cunde el pánico ante una repatriación, que significaría regresar a una tierra sin trabajo y, peor aún, controlada por el crimen organizado.